Bilbao. El pasado año, Xabi Otero, responsable de Jauzarrea Fund, que ha realizado más de 200 publicaciones en el ámbito del patrimonio cultural e histórico de Euskadi, comenzó a gestar un proyecto que sirviese para realizar una búsqueda de linajes genéticos vascos en los nativos americanos del Atlántico Norte a los que se conoce como "los pobladores de las Primeras Naciones". Así nació el proyecto Oreina Urkian Kanata.
La puesta en escena de este proyecto de investigación de migraciones vascas se producirá con la celebración del congreso internacional Tras la estela de los balleneros vascos, que tendrá lugar entre hoy y mañana en el nuevo Paraninfo de la UPV/EHU en Bilbao. El congreso supone iniciar el proyecto general, y aglutinará estos días a numerosos investigadores y expertos que conformarán un grupo de fuente de consulta de la cronología histórica para conocer la civilización de los primeros pobladores europeos y su trayectoria y desarrollo hasta la población vasca actual. Así, lo que se pretende con la propuesta es aunar trabajos e investigadores para seguir avanzando en lo que se ha descubierto hasta el momento.
migración vasca El proyecto pretende realizar un estudio de la migración vasca y de sus relaciones con los pobladores de las Primeras Naciones a través de la instauración de colecciones de ADN de diferentes comunidades en América y Europa.
Los resultados obtenidos servirán para desarrollar proyectos de salud en las comunidades de nativos americanos. Este amplio trabajo también aspira a definir el grado de relación humana e intercambio cultural que se ha dado a lo largo de 500 años entre vascos y nativos americanos. Se espera que las conclusiones que se obtengan servirán para mejorar las relaciones entre unos y otros. Además, la divulgación de todos los resultados que se obtengan será pública y se entregará a las comunidades indígenas para su conocimiento.
Está documentado que los vascos establecieron relaciones con los nativos americanos en el entorno del río San Lorenzo desde el siglo XVI. Su presencia ha quedado demostrada a través de numerosos archivos históricos, ya que además muchos euskaldunes emigraron al continente americano en pos de riqueza o empujados por la ley de mayorazgo (el primogénito se quedaba con la hacienda de sus padres y el resto de hermanos tenía que buscarse la vida).
Como consecuencia de estas relaciones y contactos, que duraron casi dos siglos, se conservan numerosos registros históricos, arqueológicos y también lingüísticos (los pidgins).
De esta base parte la suposición, según los organizadores del proyecto, de que se pueda comprobar esta relación a través de los linajes de ADN. Esta afirmación se apoya en el comercio establecido entre nativos americanos y los cazadores de ballenas vascos (o por los pescadores de bacalao y tratantes de pieles), además de los lazos de unión carnales que pudo haber (cuentan los libros que los vascos y los nativos se enfadaron por un tema de faldas, allá por 1611).
Estas relaciones, que se han dilatado desde el siglo XVI hasta el siglo XXI, siguen dando sus frutos, como lo demuestra este interesante congreso que desvelará nuevas incógnitas.