bilbao. Mickey se abre paso hacia el primer dibujo animado de Walt Disney, Oswald. Una cohorte de personajes y referencias de Disney le asaltan por el camino. Es un nuevo videojuego de Nintendo, Epic Mickey, que ha querido rendir homenaje a los primeros años de la Disney. Raúl García (Madrid, 1958) colaboró ayer en su presentación, en Bilbao. Desde la premisa de que "no se deja de jugar al envejecer, sino que se envejece cuando se deja de jugar", ha desarrollado una brillante carrera como animador, que ahora continúa con un estudio en Granada.

Entrar en la Disney sería difícil, ¿no? No era lo normal entonces cruzar el "charco" para hacer animación.

Es que, al menos en España, lo normal no es hacer cine de animación de largo metraje. Cuando empecé hice como de animador trashumante, de país en país, buscando una película donde trabajar. Estuve dos años en París, fui a Corea, luego a Londres, y allí empecé a trabajar en Quién engañó a Roger Rabitt. Luego, Disney empezó a llamar a los animadores que habíamos intervenido, para ir a trabajar a Los Angeles.

Hay un salto cualitativo de gigante de los personajes y de las técnicas respecto de este Mickey primigenio.

Fue un renaissance del estudio. Con La pequeña sirenita renace en la animación para largometrajes y se produce una especie de segunda época de oro desde La Bella y la Bestia y Fantasía 2000, hasta Hércules. A partir de ahí hay otra especie de caída del imperio Disney, hasta que vuelve a renacer con Pixar, con Toy Story y el cambio a 3D (Disney desmanteló la unidad de 2D). Entonces Disney compra Pixar, aunque yo diría que Pixar asimila a Disney, porque John Lasseter, su director, es el genio del estudio de animación de Disney hoy.

Leí a un británico que el Renacimiento de los Medicis o la Disney de Walt fueron paraísos para la creatividad (aunque más tarde se adocenara).

Sí, y creo que lo sigue siendo, no tanto Disney per se sino Pixar, que nació con el espíritu de Disney. Si Disney ha hecho las películas de calidad que ha hecho en el pasado es precisamente por contar con los mejores artistas de cada campo, trabajando juntos durante años y años. Eso ha producido una evolución de ellos como artistas, y un aprendizaje, y la posibilidad de establecer una escuela con la fórmula de aprendiz y mentor, como se ha venido enseñando animación hasta hace muy poco.

La fórmula medieval del oficio.

Sí, ja, ja. Ahora ya la animación se enseña en universidades, y en escuelas, pero antes se aprendía junto a un veterano. Yo he tenido la gran oportunidad de trabajar con figuras míticas. Me honra haber estado con Chuck Jones, el creador del Correcaminos y Buggs Bunny, y haber aprendido de toda esa generación de artistas de Disney que eran muy viejitos cuando yo llegué, como Art Babbitt, el que animó los champiñoncillos de Fantasía, o Marc Davis, que animó Cruela de Vil en 101 dálmatas.

Mickey Mouse es todo un icono, más allá de lo comercial. "Fantasía" logró mucho con pocos medios...

Sí, fue la puesta de largo de Mickey. A lo largo del tiempo sufre varios cambios de estilo. Empezó de forma muy rudimentaria, muy redondito, hecho de esferas, cuyo principal creador fue Walt y UB Iwercs. Luego, Les Clark le hizo otra cirugía estética, con codos y rodillas, je, je. Y el personaje de Mickey para Fantasía fue rediseñado por Freddie Moore. Es la imagen definitiva. Epic Mickey recoge el Mickey de los años 20, el aventurero, una estrella de cine..., junto a Chaplin y Mary Pickford. Este videojuego recoge ese mini-Indiana Jones.

Tuvo que ser fascinante entrar en ese mundo. Supongo que, aparte de talento, tuvo que ser cabezota, ¿no?

¡Totalmente! Soy el cliché del niño pegado al televisor, viendo dibujos todo el día. Y si salía un programa sobre cómo hacer dibujos animados, me lo grababa con el cassette. Desde muy pequeño he tenido esta vocación de Quiero ser Walt Disney. Y, desde luego, haber trabajado en Disney es un sueño de la infancia hecho realidad. Aprendí inglés por el libro The illusion of life, que explica el secreto de animación de Disney. Yo no tenía ni idea de inglés, así que lo aprendí para leer el libro. Lo cual corrobora que en el fondo soy un freaky (risas).

Bueno, la gente creativa tiene o tenemos un punto un poco especial.

Es que creo que parte es amar lo que haces, que te guste tu trabajo.

Habrá aprendido muchísimo.

Sí, soy considerado una esponja.

Y dio vida a Aladdin...

Bueno, en Disney cada grupo de animadores nos dedicábamos a un personaje de la película. Yo, en Aladdin, sólo animé al genio.

Jo, pues era el más animado.

(Risas). Me asustó un poco el cariz de fama que adquirió: no aparece hasta el minuto 30, pero al acabar la película todo el mundo se acuerda de él.

Quién no. Le dieron mucha vida, es muy divertido, y ellas heroínas, ya no son mujeres temerosas.

Sí. Robbie Williams nos dio mucho material improvisado: al imitar a Jack Nicholson, decidimos dibujarlo. Fue The perfect storm.

Que no el "brainstorming".

Fue la colaboración de todos, en esos tiempos Disney era un estudio muy dinámico. Luego, tras el Oscar de La Bella y la Bestia y de El Rey León, convertirte en una ruedecilla del engranaje, tras haber sido alguien con poder creativo... Por eso me fui.

Tras trabajar en California, ¿entra nostalgia al hacerlo aquí?

A veces echo de menos los medios, el poder permitirte el lujo de equivocarte, de experimentar. El despertar creativo ha sido increíble, pero no hay continuidad al acabar un filme.