"En la víspera del Día de los Inocentes, Mario Conde volvió a pringar de gomina el televisor. A la misma hora que TVE ofrecía un Informe Semanal de 1994 sobre el ascenso y caída del banquero repeinado, en Intereconomía aparecía él en su nueva versión: el yupi reconvertido en filósofo zen, el viejo saqueador alabado como el nuevo mesías de la honestidad".