Libros con "v" de vuelta
Un libro sólo se mantiene vivo mientras es leído. Ésta parece ser la máxima que ha inspirado a los responsables de la asociación Bilbaocentro a liberar miles de libros por la Villa, impulsados por el vicio de fomentar la lectura.
ERAN las diez de la mañana, y en cualquier rincón de los Jardines de Albia había libros. Brotaban de los bancos, de las fuentes, estatuas y hasta de los árboles. Por unos minutos, fue un espacio utópico y lleno de magia, sobre todo para los aficionados a la lectura. No hizo falta un mapa para encontrar los pequeños tesoros esparcidos entre el mobiliario urbano. Estaban a la vista de cualquiera, haciendo una original invitación a la lectura. Y duraron muy poco. Todo el que pasaba por allí se asombró al ver la riada de ejemplares repartidos por toda la zona, y no faltó quien se animó a llevarse uno o dos.
Los autores de esta especial sugerencia son los integrantes de la asociación Bilbaocentro y los 500 comercios asociados. Su misión fue una suelta de libros, que una vez leídos, pueden intercambiarse. El objetivo es fomentar el hábito de la lectura. Para llevarse un volumen no hacía falta apuntarse a ningún registro, simplemente se necesitaba el compromiso de devolverlos a alguno de los establecimientos asociados para que otras personas puedan disfrutarlos.
Es la primera iniciativa de este tipo que se hace en Euskadi, y Bilbao ha sido la ciudad afortunada en acoger el evento. La han bautizado Libros Libres, pero es también conocida como bookcrossing. Nacido en 2001, este movimiento cultural surgido en Estados Unidos consiste en compartir libros dejándolos libres en cualquier lugar público para, luego, ser recogidos por otras personas, formando una larga cadena de lectores que deben respetar la filosofía del movimiento. Se trata de las tres erres: read (lee), register (regístralo) en la página de bookcrossing en internet, y release (libéralo).
"Es una suelta importante, ya que hablamos de más de 4.500 volúmenes", dice Jorge Aio, gerente de la Asociación Bilbaocentro. Soltaron más de 2.000 en la calle, y el resto se encuentran en los comercios asociados, donde cualquiera puede pasar y hacerse con un libro. No tienen ánimo de lucro, y su única meta es que la gente se enganche al sano vicio de la lectura. "Sobre si lo van a devolver o no, la responsabilidad es de cada uno. El objeto de la campaña es que el libro se mueva y, de ese modo, fomentar la cultura. Por supuesto que habrá gente que se lo guarde y el libro acabe formando parte de la decoración de su casa, pero también habrá quien lo devuelva e, incluso, preste alguno suyo a la iniciativa".
Donaciones "Muchos autores han donado libros porque persiguen el mismo objetivo que nosotros y están entusiasmados con la propuesta", comenta Jorge Aio. Una de las escritoras que ha cooperado es Beatriz Celaya, periodista y autora de biografías. "Es una propuesta estupenda", opina. "Convertir la ciudad en una biblioteca global da un toque literario a nuestro entorno y, además, es fantástico que puedan pasar de persona a persona". Espera que el proyecto se repita y desea que la gente se anime a devolver los libros para compartirlos, aunque duda que todo el mundo lo haga.
En cuanto a los afortunados que pasaron por Jardines de Albia ayer por la mañana, la iniciativa tuvo una gran acogida. Algunos miraban a todos lados, como si se tratara de un programa de cámara oculta. Vacilaban en cogerlos o no, pero una vez informados, no dudaban en llevarse algunos volúmenes. La mayoría aseguraba que devolvería los libros. Quedó patente que la propuesta conquistó completamente a todos los viandantes.
Es el caso de Severino Rodríguez, gran aficionado a la lectura. "Es genial, no tenía ni idea de que se hicieran estas cosas", comentaba. Su esposa y él son habituales en el hábito de la lectura. "Me llevo dos, que ya que estoy aquí voy a aprovechar", sonreía, pícaro.
Otra de las agraciadas fue Irantzu García. "No sabía que iban a hacer esto, pero he tenido suerte", afirmaba entre risas. "Creo que es una bonita manera de fomentar la cultura, porque si no eres aficionado y te encuentras con esto, seguro que te animas a empezar a leer", añadía. Dispuestos a devolver los ejemplares o no, algunos transeúntes que se encontraron con este particular regalo comenzarán, gracias a ello, su aventura literaria.