Bilbao. Como en un cuento de Navidad, el Departamento de Cultura prometió ayer un regalo para 76.666 ciudadanos vascos en forma de un bono que descontará quince euros en cada compra cultural. El bono es un cheque con letra pequeña que obliga a los ciudadanos a gastarse otros 25 euros suplementarios, ya que el importe mínimo de la compra es de cuarenta euros. Tampoco puede ser fraccionado en diversas adquisiciones y además es un bono con carácter universal con lo cual, el importe es el mismo para el director general de un banco que para un mileurista, aunque la capacidad de gasto resulte sensiblemente diferente.
Antonio Rivera, viceconsejero de Cultura, admitió ayer estos inconvenientes que definió, sutilmente, como "riesgos de la operativa" ya que se trata de una medida experimental. A estos riesgos añadió otra desventaja y es que "el bono no restringe el destino de las compras", es decir, no está dirigido exclusivamente a comprar sólo productos culturales del País Vasco, obras de artistas y creadores vascos, como sucede en otras zonas, sino que está abierto a artículos de cualquier origen.
Esta invitación al gasto en Navidad conlleva el reparto de 76.666 bonos, distribuidos en más de 40.000 para los vizcainos, 25.000 para los guipuzcoanos y 10.000 para los alaveses, en función de la proporción de habitantes de cada territorio. Esta subvención va enfocada a que la cultura forme parte de la cesta de la compra navideña. De hecho, estará vigente entre el 14 de diciembre y el 5 de enero, periodo en el que, paradójicamente, los comerciantes ya tienen aseguradas las ventas de este tipo de artículos.
Flecos sueltos Después de varios meses de preparación de esta medida de choque, "estrictamente coyuntural para estimular el consumo", según manifestó Mikel Toral, ayer aún estaba por definir qué bancos o cajas vascas se asociarán a este programa, ya que aún no está firmado el convenio.
A pesar de que los responsables de Cultura precisaron que se podrá obtener en cualquier cajero multiservicio de la Comunidad Autónoma, no aclararon si habrá que pagar o no una comisión cuando el consumidor no disponga de la tarjeta de crédito de esa entidad. Asimismo, aún no se ha concretado de qué manera el sistema informático establecerá el bloqueo para que corresponda un solo bono por persona. Con el procedimiento previsto, cada usuario acudirá al cajero para comprar un bono de 25 euros, que dará a su portador un valor de 40 euros para la adquisición de libros, discos, DVD, así como para entradas a museos, fundamentalmente, para adquirir tarjetas de fidelización, espectáculos en vivo y otros eventos culturales.
La diferencia de 15 euros en cada uno de los 76.666 bonos disponibles será aportada por el Gobierno vasco con una aportación máxima de 1.150.000 euros. Esta inyección de dinero pretende multiplicar el gasto en un 127,6%, lo que supone alcanzar los 3.416.000 euros de inversión.
Los responsables del Departamento de Cultura aclararon que se ha optado por estimular el consumo ofreciendo, directamente, a los ciudadanos un complemento económico a su propio gasto en productos culturales. Sin embargo, la venta está restringida a determinados lugares. Y es que los puntos donde se podrán adquirir estos artículos subvencionados son los espacios comerciales pequeños, de menos de 250 empleados, al igual que ya sucediera con las ayudas en el sector del mueble.