eL diseñador argentino Gabriel Lage ha presentado por primera vez en Madrid su moda nupcial con Sofía, en la que los tonos pastel y la cristalería se han consolidado como protagonistas de su estilo, cuya feminidad y elegancia han cautivado a mujeres “audaces” como Juliana Awada, primera dama de Argentina. “Es una colección absolutamente femenina, para una mujer fresca y audaz, que se desenvuelve en la fiesta”, explicó en la tercera jornada de la cuarta edición de Pasarela Costura España, donde desfiló con una propuesta en la que “lo que importa” es la “personalidad” de la mujer que lleva el vestido, no “su cuerpo”.

Lage, que acaba de cumplir 25 años en el mundo de la moda, resumía así la idea central de Sofía, el nombre con el que ha bautizado esta propuesta que, según explicó, es “un tributo” a una sobrina suya, fallecida recientemente, a los 14 años. “Es algo muy triste, pero la colección tiene un punto muy alegre”, matizó el creador, quien ha elaborado vestidos en tonos suaves, donde la cristalería se convierte en flores que cobran vida sobre telas lisas con transparencias o tejidos coloristas con estampados de rayas, en los que la melancolía da paso a una celebración de la vida. Así, Lage ha puesto en práctica, una vez más, su maestría en la confección, disciplina que empezó a aprender cuando sólo tenía 8 años, por “empeño” de su padre, un sastre gallego que le inculcó su “pasión” por la moda y le dio las claves para desarrollar su propia “identidad”, aunque mantiene “no tener estilo”. “Siempre digo que mi estilo es aquel que acompaña la personalidad de la mujer”, afirmó Lage, que se inspira en sus clientas para elaborar creaciones “únicas”, piezas de alta costura en las que “hasta el último detalle” está hecho a mano en su taller de Buenos Aires.

Este reconocimiento le ha permitido reunir un selecto club de clientas, entre ellas la primera dama argentina, “una mujer muy espléndida”, en palabras del diseñador, quien alaba su “minimalismo” y sus momentos de “atrevimiento” a la hora de vestir.

Oliva y martín Ni Juanjo Oliva ni Juana Martín son primerizos en moda nupcial, pero ayer recibieron su bautismo en la Pasarela Costura España con desfiles en los que se vieron la esencia y las raíces de cada una de las firmas, diseños frescos y poéticos que hacen a la novia perfecta en una fecha tan deseada. “He cosido muchos vestidos de novia, pero nunca había hecho una colección, un desfile solo con propuestas de novia”, explicó Oliva, diseñador que subió a la pasarela doce diseños de bases puras, inspirados en líneas arquitectónicas, cortes rectos y acabados impecables. Para su debut, el diseñador madrileño editó y revisó algunos de los vestidos que ha ido cosiendo a lo largo de su carrera, 17 años. Los volúmenes, gracias a su estudiado de patrón, adquieren protagonismo, más cuando los adorna con cristales, rescatados de la bisutería de la firma Diamofine.

Trazos de sofisticación se vieron en la novia de Juana Martín, que apuesta por conjuntos de pantalón. “Cada vez me piden más monos y pantalones; las novias quieren casarse de forma tradicional, pero para un segundo vestido prefieren algo más cómodo”, explicó. Juana Martín, que se inspira en la primera luz del día en un olivar cordobés, prefiere piezas limpias que respiran romanticismo con escotes pronunciados, cortes clásicos a la cintura adornados con miriñaques y estructuras de gazar que se convierten en lazos. Abrió el desfile un vestido de algodón rústico con aplicaciones troqueladas y siguieron una serie de trajes vaporosos y joviales como un sutil vestido camisero. “Trabajo el blanco, la novia no quiere otro color”, aunque reconoce que alguna se atreve con el beige y para esas mujeres más atrevidas propone un hermoso vestido de encaje con flores bordadas en tonos tostados y verde oliva.