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No se permiten temas políticos en Eurovisión

La Unión Europea de Radiodifusión (UER) no permite temas políticos en Eurovisión, pero la canción ucraniana ‘1944’ fue aceptada pese a las protestas rusas. Al final fue su representante, Jamala, la vencedora del certamen

No se permiten temas políticos en EurovisiónEFE

uCRANIA celebró ayer casi como una victoria militar el triunfo de su cantante Jamala en Eurovisión, donde se impuso al representante de Rusia, Sergey Lázarev, uno de los favoritos, que terminó en tercer lugar. “¡¡¡Bien!!! ¡Una presentación increíble y victoria! ¡Toda Ucrania te lo agradece de corazón, Jamala!”, escribió exultante en Facebook el presidente ucraniano, Petró Poroshenko. Afirmó que con la voz de Jamala “habló todo el pueblo de Ucrania” y que, “como siempre la verdad, ha vencido”. 1944, el tema interpretado por la cantante ucraniana, trata de la deportación de los tártaros de Crimea ordenada por Stalin durante la II Guerra Mundial y levantó objeciones en Rusia, que la considero un ataque velado al Kremlin.

Y es que los tártaros de Crimea han denunciado que después de que Rusia se hiciera con el control de la península en 2014 la situación para ellos ha empeorado de manera significativa. A finales de abril, el Tribunal Supremo de Crimea prohibió las actividades del Medzhlis (asamblea popular tártara), al que calificó de organización extremista por negarse a aceptar la anexión rusa de la península. Según Jamala, hija de tártaros deportados de Crimea, su canción no está vinculada con hechos recientes en la península sino con su historia familiar. Esa fue la suerte que corrió la abuela de Jamala, nacida en Kirguizistán, donde fueron reubicados la mayor parte de los exiliados forzosos y donde nació la cantante, que no regresó a Ucrania hasta después de la independencia en 1991. “Si Dios quiere, un maravilloso día nos reuniremos todos en una Crimea libre de ocupantes rusos, en la antigua y gloriosa ciudad de Bakhchysarai (capital histórica de los tártaros crimeos), escribió en Facebook el presidente del Medzhlis, Refat Chubárov, a quien las autoridades rusas prohibieron la entrada en Crimea hasta 2019.

“Bravo, Jamala. Brillante y merecida victoria. Ucrania vence y siempre vencerá. Crimea será ucraniana”, escribió en Twitter el ex primer ministro Arseni Yatseniuk. En esa misma red, el ministro de Exteriores ucraniano, Pavló Klimkin, publicó la siguiente entrada: “La verdad siempre se impone, como Jamala y Ucrania lo han hecho esta noche. Felicitaciones y muchas gracias. Y, por favor, no olvidéis que Crimea es ucraniana”. Ucrania, que declaró a Rusia “país agresor” por la anexión de Crimea y su apoyo a los separatistas prorrusos que actúan en el Este del país, había amenazado con boicotear la próxima edición de Eurovisión en caso de que el cantante ruso ganara la final de Estocolmo. Según las normas, el país ganador organiza la siguiente edición.

Medios rusos destacaron que el nuevo sistema de votación, que suma las preferencias del público y las de jurados de los países que participan, perjudicó al representante de Rusia, que se impuso a Jamala en votos de telespectadores. “En parte, ha sido resultado de la guerra propagandística e informativa que se libra contra Rusia”, dijo la vicepresidenta del Comité de Cultura de la Duma, Elena Drapeko al comentar el tercer lugar de Lázarev. Australia había dominado con claridad las votaciones de jurados, con 320 puntos, por delante de Ucrania (211), Francia (148), Malta (137) y Rusia (130). Pero Sound of Silence, la balada de Dami Im, solo fue la cuarta más valorada en el televoto y eso evitó el que habría sido el primer triunfo de Australia, que concursa desde hace dos años. Rusia fue la más respaldada por los telespectadores, con 361 puntos, insuficientes para enjugar la diferencia con Ucrania, que convenció con un número potente y la sentida interpretación de Jamala frente al derroche visual del ruso Sergei Lazarev.

El Festival fue el programa televisivo más visto el sábado en España con un 29,8% de cuota de pantalla y casi 4,3 millones de espectadores, aunque la cifra es casi 10 puntos menos de cuota que en 2015, cuando obtuvo un 39,3% y casi seis millones de espectadores.