bilbao - Isabel Pantoja salió para su permiso del brazo de un funcionario, pero no de uno cualquiera. Era un alto cargo de la cárcel de Alcalá de Guadaíra. Se despidió de él con dos besos, un gesto que es una deferencia hacia la tonadillera, según denunciaron fuentes sindicales de la prisión. Cuando accedió a su primer permiso penitenciario, la cantante disfrutó de un almuerzo muy distinto al resto de sus compañeras. No solo por la importante compañía. También por el lugar. En el economato, una zona vedada al resto de presas. Isabel Pantoja ha llegado a desayunar con la directora de Alcalá de Guadaíra en vez de con el resto de las presas. Cuando Kiko Rivera acude a visitar a su madre parece que también es recibido por la directora y saludado con dos besos. Dicen que es la única de su módulo que no comparte celda, y que la cantante se queja a la dirección cada vez que los funcionarios intentan que cumpla las normas del penal. Fuentes de la cárcel aseguran que cuando Isabel Pantoja volvió a su celda tras su permiso, entró con tres bolsas. La norma del penal establece que cada interna puede regresar con el mismo número de bultos que se llevó para el permiso; en su caso, uno. Tampoco fue cacheada en la entrada de la cárcel como es lo habitual, sino en su propia celda.

Instituciones Penitenciarias niega la cantante reciba trato de favor, pero algunos trabajadores han pedido que se traslade a la tonadillera, porque las otras presas están empezando a quejarse. Los funcionarios temen un motín por los privilegios de Pantoja. Una carta ha sido la gota que ha colmado el vaso. Una carta donde la directora exige a un miembro de la plantilla que explique su comportamiento con Isabel ante una queja de la cantante. Coacciones para unos funcionarios cansados de los tratos de favor hacia la folclórica mientras ellos aseguran que solo intentan que cumpla las normas. Unos 15 encargados del módulo de la prisión solicitan que Pantoja sea trasladada: “Tememos que pueda pasar algo. Las otras presas ven el trato de favor y antes la adoraban pero ya hay un mal rollo considerable”.

Esta larga lista de supuestos tratos de favor es negada tanto por Instituciones Penitenciarias como por su abogado. “No se tiene ningún trato de favor por mínimo que sea”, afirma Carlos Esteban Romero, su letrado. Ya cuando ingresó aparecieron noticias en la prensa en las que se afirmaba que se habían dado “órdenes de preparar una celda especial para ella, pulir los azulejos y dotar con un colchón nuevo y limpieza extraordinaria” de su celda. - DEIA