adán y Eva se ha convertido en el estreno de entretenimiento más visto de la historia de Cuatro con un 14,8% de cuota y 2.816.000 espectadores. Todo el mundo estaba ayer de acuerdo en que es un programa vergonzoso, pero casi tres millones de personas lo convierten en un éxito. Tal vez sea porque no daban crédito a lo que oían -aunque inicialmente se trataba más de ver-, pero no cambiaron de canal. También es importante que fue líder de share social con 124.222 comentarios el plan hate watching. Tan lamentable es el nivel cultural de los participantes que un internauta escribió que “Gran Hermano comparado con Adán y Eva es una clase magistral de economía sostenible”. Haciendo gala de un ingenio que todos los días se desperdicia en Twitter, otro espectador aseguraba haberlo visto “de cabo a rabos. Hace que ver la tete nalga la pene”. También hubo quien reclamó “por favor, por favor, que entre el pequeño Nicolás en Adán y Eva”. Humor a raudales como respuesta de quienes se sienten superiores porque saben que la Alambrada no está en Córdoba o que el Manzanares es un río. “Yo de arte sé poco, pero sí leo libros. Por ejemplo, de Dan Brown donde cuenta cosas de Da Vinci y eso”, “A mí no me gusta el arte, soy anárquica”, “Trabajar como maquilladora de muertos es genial. No hay competencia y nunca entraremos en crisis porque siempre se está muriendo gente. Es el trabajo del futuro, cada vez se mueren más”. Teniendo en cuenta que alguno de los concursantes cree que el nombre del programa procede del primer “fascículo” de la Biblia, todo es posible. “Ya entiendo el programa, se trata de meter desnudos en una isla a los más subnormales que han encontrado”, decía el mensaje más retuiteado de la noche. “Con este programa queda claro el círculo de la vida. Venimos del mono y cada vez estamos más cerca de él otra vez”, escribía otro usuario.
¿Qué objetivo tiene hacer un lago azul con analfabetos funcionales? El cebo eran los desnudos integrales pero la pesca fueron unos besugos colocados allí a propósito por la productora y los directivos de la cadena, dispuestos a que lo que de verdad apareciera desnudo fuera la ignorancia en prime time. Adán y Eva es Mujeres y Hombres y Viceversa sin ropa, nada nuevo bajo el sol y un intento vano de que el espectador sano se sienta superior. Si está bien de la cabeza, lo que sentirá es vergüenza ajena de pertenecer al mismo país que tiene estos ciudadanos y esta televisión llena de frikis y tróspidos.
Sonia no se cortó un pelo al anunciar que busca “un tío con buena economía porque yo siempre he vivido muy bien. Es importante que tenga un buen coche, a poder ser Mercedes o BMW, porque yo nunca he conducido una gama inferior, y también quiero que sea un caballero, que siempre conduzca él y que pague las cenas, nada de hacerlo a medias”. Y se topa con Alejandro, cuyo concepto de mujer ideal es “una chica que sea educada, que haga deporte, que sea simpática y que sonría mucho. Estoy cansado de conocer a tantas chicas sin llegar a nada. Quiero que mi Eva huela bien. Yo huelo a hombre”. Hablar de este espacio es darle una publicidad que no merece y que podría proporcionarle más público. Así que nunca jamás.