Ana Torroja pagará 1,4 millones a Hacienda
se libra de un año y tres meses de prisión a cambio de una multa de 9.000 euros
lA titular del Juzgado de lo Penal número 5 de Palma condenó ayer a la cantante Ana Torroja a pagar 1,4 millones de euros a Hacienda y a un año y tres meses de prisión, que serán sustituidos por una multa de 9.000 euros, en virtud de un acuerdo de conformidad por el que la excomponente de Mecano admitió haber defraudado durante 2003, 2006 y 2007 un total de 796.410 euros en cuotas del IRPF. La acusada se sentó en el banquillo de los acusados el 9 de abril y alcanzó un acuerdo con la Fiscalía Anticorrupción y la Abogacía del Estado. Inicialmente, los servicios jurídicos del Estado reclamaban tres años y tres meses de cárcel por seis delitos contra la Hacienda Pública a raíz del impago del IRPF entre 2001 y 2007 -exceptuado el año 2005-, mientras que la Fiscalía, por su parte, pedía un año y medio de cárcel y una multa de más de 462.000 euros por dos delitos fiscales -circunscribía su calificación a los años 2006 y 2007-. Tal y como reconoció Torroja, para poder omitir el pago de las cuotas tributarias utilizó varias sociedades españolas y extranjeras con las que ocultó sus rentas, todo ello con el único propósito de eludir sus obligaciones fiscales aparentando residir fuera del territorio español.
Son muchos los procesos abiertos por fraude fiscal, y de tantos, algunos afectan a los famosos, la mayoría cantantes de éxito. Por eso son los casos más conocidos. La soprano Montserrat Caballé es la última que ha tenido problemas con Hacienda. La semana pasada prestó declaración en su domicilio acusada de defraudar medio millón de euros. Antes fueron otras estrellas de la música como Julio Iglesias, Alejandro Sanz, José Carreras, Plácido Domingo ... También numerosos futbolistas intentaron meterle un gol a Hacienda. Schuster, Samuel Eto'o, Luis Figo y Messi son ejemplos de lo que no hay que hacer fuera del campo.
El caso judicial por fraude fiscal más conocido fue sin duda el de Lola Flores, que en 1989 se sentó en el banquillo por no haber presentado la declaración de la renta desde 1982 a 1985. El supuesto fraude fue de 45 millones de pesetas y se le reclamó una multa de otros 87. Durante el proceso tuvo que vender su casa para hacer frente a una fianza de 145 millones para cubrir posibles responsabilidades pecuniarias. Aunque todo le iba mal, ella confesó sentirse "más fuerte que el Chernobyl ese".
Por una laguna legal, y aunque los jueces admitieron que cometió el fraude, la Audiencia de Madrid la absolvió, pero dos años más tarde el Tribunal Supremo revocó la sentencia y la condenó a 16 meses de prisión, que no cumplió, y a un multa de 29 millones. El juicio, uno de los más mediáticos que ha celebrado la Justicia española, no defraudó las expectativas puestas en La Faraona, que alegó que no pagó a Hacienda porque "tenía cosas más importantes que pagar". Y, con el mismo arte, proclamó: "Si todos los españoles pusieran una peseta para ayudarme, se acabarían todos mis problemas".
Aunque su delito era distinto, España no volvió a vivir un juicio similar hasta que Isabel Pantoja fue juzgada en 2012 por la Audiencia de Málaga, junto a su expareja y exalcalde de Marbella, Julián Muñoz, acusada de blanquear dinero.
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