El esmoquin como arma de seducción

ESTE año parece que la cosa va de esmóquines, pero no sólo para los hombres, sino también para las mujeres, que se suman a esta tendencia adaptando el clásico traje sastre a sus curvas y a las mil y una maneras de poder llevarlo.

Y si hay alguien que luce como nadie todo lo que se pone, esa es Angelina Jolie. La actriz apareció en la alfombra roja de los premios Bafta a juego con su pareja Brad Pitt. Los dos iban perfectamente conjuntados con un esmoquin negro, eso sí, ella de Yves Saint Laurent, con la pajarita sin abrochar y unos stilettos negros para dar el toque de feminidad al look.

Ser imagen de una firma tiene muchas cosas buenas, pero una de ellas es que puedes hacer uso de sus prendas libremente ya que no hay mayor publicidad que una modelo luciendo tus diseños. Por eso, Cara Delevigne y Suki Waterhouse, imagen de Burberry, han lucido sus trajes en diversas fiestas, desfiles y eventos, eso sí, saliéndose un poco del clásico esmoquin negro.

Pero si hay una actriz defensora del look masculino, esa es Diane Keaton. El traje es uno de sus atuendos preferidos para los actos públicos y ya nos ha deleitado con modelos clásicos, camisas con chorreras o al más puro estilo Charles Chaplin con bombín incluido. Su estilo es ya cuestión de gustos. Aunque si hay algo que gusta de verdad, son las prendas clásicas ultra femeninas. Por ello el traje que lució Jessica Biel en la premiere de la película Runner Runner, gustó mucho. Apareció radiante y sofisticada con una chaqueta de esmoquin cruzada de Dolce & Gabbana, camisa blanca abotonada hasta el cuello y pantalones pitillo. El toque lo puso con un bolso de cuero cuadrado simulando un maletín.

Un clásico Este traje de chaqueta fue creado por el sastre británico Henry Poole para vestir a los caballeros del siglo XIX que asistían a cenas en las que se permitía fumar y hoy es todo un clásico que vive en constante apogeo. La casa inglesa Henry Poole&Co fue la encargada de cortar un esmoquin para un joven Eduardo VII, príncipe de Gales, primera persona en lucirlo en público. Este traje, generalmente negro para los días más fríos y blanco para las noches veraniegas, se compone de chaqueta con solapas de satén acabadas en pico y uno o dos botones para cerrarla, pantalón recto con cinta lateral de satén a juego con las solapas, camisa blanca, pajarita o corbata, chaleco y fajín.

El traje tiene ya más de 150 años y preserva su juventud. Por ello, hoy resulta perfecto para asistir a fiestas nocturnas, entrega de premios, cócteles y actos sociales de cierta relevancia. En la actualidad se ha relajado bastante y ha perdido su rigidez de antaño. Los hombres optan por combinarlo con camiseta o con camisa sin corbata y las mujeres tienen potestad para lucirlo sobre la piel desnuda o sobre una delicada lencería, aunque otras lo prefieren conjuntado con vaqueros desgastados, camisetas o minifaldas.

Con el paso de los años la prenda dio su salto al cine y su belleza colaboró en impregnar la gran pantalla de misterio y glamour. Desde Marlene Dietrich hasta Joan Crawford o Faye Dunaway, son muchas las actrices que lo han lucido. Mención aparte merece Bianca Jagger, mujer que ha sabido pasearlo como nadie con absoluta maestría por todo el mundo. Parece que el esmoquin es una prenda eterna, no pasa de moda, se ve en las grandes pasarelas todas las temporadas. Diseñadores como Stefano Pilati, Stella McCartney o Ralph Lauren lo están reinterpretando constantemente y, en ocasiones, se han encargado de restarle rigidez y lo combinan con prendas más informales