nueva York

EL estilo más personal de Katharine Hepburn se muestra en la Gran Manzana estos días a través de los vestidos vaporosos, largos y ligeramente ajustados que la actriz estadounidense lució en la gran pantalla, así como sus clásicos pantalones largos que la convirtieron en un icono de la moda.

La exposición Katharine Hepburn: vestida para el escenario y el cine, de la Biblioteca Pública para las Artes Escénicas de Nueva York, repasa la carrera profesional de la actriz a través de la indumentaria que utilizó en sus apariciones en el teatro, cine, televisión y publicidad, e incluso en su vida privada. "En los setenta fue reconocida como un icono del mundo de la moda entre los diseñadores estadounidenses y por el público en general, pero ahora sigue siendo una referencia para las mujeres americanas actuales", afirmó la comisaria de la exhibición, Barbara Stratyner. La actriz estadounidense (1907-2003), que resaltaba siempre su cintura de avispa, fue capaz de traspasar la frontera del cine a la moda y se convirtió en un clásico del mundo de la moda dentro y fuera de la gran pantalla.

Hepburn nació y murió en el vecino Estado de Connecticut y vivió gran parte de su vida en Nueva York (tuvo casa en la zona histórica de Turtle Bay), por lo que la ciudad, que la siente como propia, la homenajea con esta exposición de 40 trajes y vestidos, que se abrió la semana pasada y cerrará el 12 de enero. Esta exposición permite estudiar por primera vez el vestuario de la actriz dentro de un contexto: con carteles, fotogramas de las películas y otros objetos relacionados que permiten rememorar los momentos en los que Hepburn lució estas prendas en sus películas de Hollywood. Entre las prendas expuestas están los vestidos de boda que la actriz llevó en las película The Lake (1934) y en Historias de Filadelfia (1940), este último un vestido rosa de seda y gasa diseñado por la diseñadora Valentina y con el que Hepburn encarnó a la millonaria Tracy Lord. La misma diseñadora le confeccionó un vestido con una falda de seda con paneles multicolores, con el que la actriz protagonizó la obra de Broadway Without Love (1942).

vida privada Muchas de las prendas con las que Hepburn triunfó ante el público formaron parte posteriormente de su armario personal, ya que según explicó Stratyner, la actriz pidió copias para su colección privada. "Si se encariñaba con un vestido lo pedía en otro color, en otra tela o con cualquier otro detalle diferente", añadió la comisaria de la muestra. Así, su vestuario privado estaba frecuentado por diseñadores como Elizabethe Hawes, Claire McCardell y Valentina. A lo largo de la muestra, también se exponen vestidos que lució en producciones como Damas del teatro (1937), Amor entre las ruinas (1975) o El león en invierno (1966), con la que Hepburn ganó su tercer Oscar.

Pero más allá de los vestidos elegantes, la exhibición muestra su marca personal: los pantalones. Con su firme apuesta por esta prenda considerada masculina en la época, Hepburn revolucionó el vestir femenino. "Hepburn provocaba mucha expectación en el mundo de la moda. Su tendencia por usar pantalones en lugar de vestidos y faldas en muchas de sus imágenes publicitarias, la convirtió en una rebelde de la moda y posteriormente en un icono en el mundo de la moda", destacó Stratyner. Algunos de sus pantalones favoritos, de color caqui, están expuestos aquí, una prenda que también predominaba en el armario de la actriz, ya que según apuntó Stratyner, poseía cerca de treinta pantalones iguales que combinaba habitualmente con camisas blancas. La actriz, que murió a los 96 años, siempre defendió su pasión por esta prenda "tan cómoda" y en el documental All about me (Todo sobre mí) aseguró: "Me di cuenta hace mucho tiempo que las faldas no tienen remedio. Cada vez que oigo decir a un hombre que prefiere a una mujer con falda le digo: Prueba una. Pruébate una falda".

Además de sus doce nominaciones y cuatro victorias en los Oscar, el símbolo de Katharine Hepburn ha trascendido a través de las décadas con su estilo cómodo, con un toque masculino y sin renunciar a la elegancia, que sigue influyendo en la moda actual.