Síguenos en redes sociales:

Los políticos visten muy mal: se salvan Duran y Gallardón

La escritora Patrycia Centeno solo salva a Duran i Lleida y Ruiz-Gallardón

Los políticos visten muy mal: se salvan Duran y Gallardón

Madrid. Los políticos españoles visten muy mal. Se salvan de la quema Alberto Ruiz-Gallardón y Josep Antoni Duran i Lleida ", asegura la escritora Patrycia Centeno, quien cree que hoy en día "los cargos públicos más elegantes y mejor vestidos son Obama y Sarkozy". "Los grandes escándalos estilísticos de nuestros representantes públicos no ocurren por usar una camisa u otra, sino porque la camisa no pega con el cargo", explica la autora del libro Política y moda. La imagen del poder. "La seguridad, la cercanía y la seriedad son los pilares básicos del estilismo de un político", detalla Centeno, quien asegura que "a los cargos públicos no se les puede exigir una imagen como si fueran estrellas de Hollywood, deben ofrecen una imagen coherente con lo que piensan y con lo que trasmiten o pretenden transmitir".

ostentación El público no entiende las ostentaciones de los políticos. "José Luis Rodríguez Zapatero fue muy criticado porque lució en plena crisis un cinturón de lujo de Hermes, así como también fue muy cuestionado un Rolex que Cándido Méndez exhibió en su muñeca". Si se compara el estilismo de los líderes de hace años con el que lucen los de hoy, "sorprende que la imagen de antaño resulte más actual que la de nuestros coetáneos", dice Centeno. "Basta recordar cómo Marcelino Camacho creó una imagen muy creíble e íntimamente ligada al pueblo con aquellos jerséis de lana que tejía su esposa", detalla la autora. Sin embargo, hoy no existe ese impacto visual, "todos los políticos visten igual, no hay más que observar las reuniones entre la patronal y los sindicatos, ¿quién es quién?, es muy difícil diferenciarlos". "Barack Obama es el político mejor vestido", explica Centeno, quien asegura que "el actual presidente de EE.UU. es muy elegante, sabe llevar los trajes y lo mejor de todo es que se siente muy cómodo con ellos, no duda en deshacerse de la americana y en remangarse la camisa cuando se trata de saludar o interesarse por los niños".

incoherencias Las incoherencias ideo-estéticas son el mayor error indumentario que puede cometer un político. "Por ejemplo, María Dolores de Cospedal se adornó su cuello con una versión, en tonos lilas, del pañuelo palestino", dice la escritora.

Por su parte, las mujeres políticas, en su camino al poder, han encontrado dos formas de enfrentarse al austero traje de chaqueta que luce el hombre; emular el vestuario femenino o reivindicar uno propio. La mayoría ha apostado por crear un vestuario afín a su personalidad y a su gusto, "aunque alguna como Ségoléne Royal han dando un paso más y han demostrado que la mujer política también puede ser femenina", explica Centeno.

Los estilismos de Esperanza Aguirre casi nunca pasan desapercibidos. "Tiene una personalidad política tan fuerte que puede permitirse hasta minifaldas", dice la autora, que recuerda cómo Aguirre compareció ante la prensa en calcetines al bajarse de un avión, tras sobrevivir a un atentado en Bombay.

También ha sido muy llamativo el estilo de María Teresa Fernández de la Vega, "política calificada de fashion victim porque vestía con colores muy llamativos y lucía un maquillaje agresivo. Si hubiera apostado por tonos más discretos, la opinión publica no hubiera estado tan pendiente de ella", añade.