LA comarca de Uribe Kosta atesoraun grupo con sonido internacional.Se hacen llamarThe Great Barrier. Siempre llegana buen puerto pop-rock con la vozde Aitziber por delante. Unas cuerdasvocales muy versátiles y que depronto suenan a PJ Harvey, algunaquerencia Bjork; como cuando sepone dulce a Hope Sandoval. Conel grupo al completo, muy correcto,podría acercarse, incluso, a TheSundays. “Nos hacen referencia agrupos que ni siquiera escuchamoso conocemos. Realmente, nosdejamos llevar por nuestro instintoo por lo que creemos que puedafuncionar bien en nuestros temas.Nos hemos ido alimentando demuchos artistas, estilos, épocas yello ha dejado marca en el resultadofinal”, remarcan.

Lógico: son seis, muchas influenciasque aportará cada uno,¿de ahí el sonido de The Great Barrier?“Sí y no… Por una parte, esta bandanace un poco de algunos bocetospersonales de Aitziber y, porotra, el resto hemos ido aportandodistintos matices a esas ideas iniciales.Así hemos desarrollado,más o menos, la identidad de ésta:La Gran Barrera”, consideran.

En internet citan su gusto porLow, Calexico, Arcade Fire, Belle &Sebastián, Maika Makovski o CatPower. Las canciones del EP tituladocomo el grupo cuentan con corosque dan empaque a las cancionescomo When the loves goesfine, trabajo que la banda consideraimportante. “Es un aspecto quequeremos cuidar, e intentamos trabajartanto como el registro instrumental”,agregan.

Podrían tener hasta un sonidode banda irlandesa con algúnguiño heredado de forma inconscientede sonido celta, de muy defondo, hecho que no pretenden.“Nos dejamos llevar por lo que nospiden las canciones, influenciadospor esa herencia musical de cadauno. Pero también nos estamos buscando, este estilo-si se puededecir así- es nuevo para nosotros yla parte de experimentación condistintos matices, instrumentos osonidos está siempre presente”.

Sonando en un pub, nadie diríaque son vizcainos. A juicio del sexteto,la razón más obvia podría serporque cantan en inglés, pero tambiénporque, a nivel mediático, lamayoría de la música que escuchanes en este idioma. “Si miramosa las bandas de nuestro alrededor,vemos que ese efecto serepite. Además, parece que ello sucedeen todos los estilos: rock, heavy,reggae...”, analizan.

La literatura de TGB no tiene untema explícito, según valoran. Lasletras se construyen, a su juicio,más como algo formal que comoun mensaje concreto. “Quizás, sonletras que pueden interpretarsecomo diálogos, donde las personasse miran unas a otras. Ello puededar cabida a distintos puntos devista”, apuntan.

Ese prisma surge desde el mo mento en que la cantante fue “reclutando”-afirman- a músicosque han militado en otras bandas,compartido local de ensayo, conciertoso cervezas… “Nos conocemosya de hace años”, concluyen.Por cierto, por suerte, cada vezhay más frontwomen en Euskadi.¿Es el momento de la mujer? “Esaidea, sinceramente y con respeto,¡apesta bastante! Últimamente, pareceque esa cuestión se repite bastanteentre los medios, sugiere casiuna moda… Es algo que ni siquierase nos pasa por la cabeza. Seríacomo comparar la guitarra con elpiano, o la batería con la mandolina…Nuestra formación surgió deese modo, se fue acomodando asípor las circunstancias del momento.

No tiene nada que ver conotro tipo cosas”, profundizan.Canciones como Angels or demonspodríaser de créditos de unapelícula. “No lo pretendemos, perosí nos encantaría la posibilidad dehacerlo, para teatro inclusive. Somosconscientes de que es un trabajodifícil”, sostienen.

Con todo, intentan pasarlo bieny poder tocar el mayor número deconciertos en buenas condiciones.Es decir, desde el trato de la organización,el sonido, cubrir gastos-“no se trata de ganar dinero, sinode no perderlo”-, espacio acondicionadopara el público “y otromontón de cosas que forman partede una larguísima lista”, apostillan.Con su recién horneado EP, planeandar unos conciertos por Cantabria,Asturias, Barcelona, Madrido Iparralde. Luego llegará el momentode la segunda grabación.