madrid. "Si no puedes pegarte un revolcón con una señora y no te puedes tomar un vino, no quiero vivir". Esta es la frase con la que el ex presidente del Consejo Asesor del Observatorio Regional contra la Violencia de Género, Jesús Neira, se defendió tras ser condenado por conducir triplicando la tasa de alcoholemia.
"Si me quito la cerveza le voy a decir al médico que me voy a matar. Prefiero morirme a quitarme una cerveza o un vino", aseguró en este sentido. "Me tengo que tomar una cervecita, y es necesario que me tome una cervecita con la porquería de jamón que me está poniendo una barriga descomunal", dijo Neira en una entrevista concedida a Espejo Público y recogida por Europa Press.
Neira se mostró "aliviado" con el transcurso de los acontecimientos, que han supuesto su cese del Consejo Asesor. "Creo que un profesional no debe tener ningún tipo de contacto con la política".
Según Neira, le han tomado como un puching ball. "Han querido utilizarme. Después, neutralizarme. A continuación, las patadas que iban a Esperanza Aguirre, resulta que las daban en mi trasero", apostilló. "Este jueguecito llega un momento en que te harta y uno dice ¿qué se debe? Y adiós muy buenas", declaró.
Además, Neira afirmó no ser un héroe. "No tengo nada que ver con semejantes cosas". En este sentido, aseguró sentirse utilizado por la clase política: "Tenían pensado que iba a ser una muñequita de ocasión, y les he salido rana".
Respecto a como se siente, reconoció estar "muy dolido" y "haber fallado". "Yo acepto el cargo porque por primera vez en mi vida, entro en contacto con mujeres que estaban sufriendo este disparate", indicó. "Y consideré que si podía hacer algo por ellas era un deber moral hacerlo", explicó Neira.
Respecto a las actividades del Consejo Asesor, Neira recordó que "ninguno de sus miembros tenían un sueldo asignado, solo unas dietas que suponían unos mil euros cada vez que se celebraba una reunión, un par de veces al mes". "Pero además de las reuniones en Consejo tenía otras actividades, visita a centros de menores, casas de acogida, presentaciones, que suponían cuatro o cinco horas de dedicación para los miembros del Consejo y eso no se pagaba", aclaró.
Neira insistió en su inocencia en el delito contra la seguridad vial, por el que fue condenado a una multa de 1.800 euros, trabajos en beneficio a la sociedad y retirada del permiso de conducir durante 10 meses. "Yo no he sido imprudente", señaló. "Si yo tomo un medicamento y me provoca un infarto mientras conduzco y mato a siete personas en una autopista nadie diría que es delito", expuso.
"Yo he salido del hospital y tengo unos informes médicos que dicen que tienes vida normal dentro de las limitaciones, la rehabilitación, etc. Tengo que tomar unos medicamentos y no me puedo pasar el día preguntando qué componentes lleva cada cosa", apuntó. "La pauta médica me dice que puedo tomar dos cervezas o una copa de vino, y es lo que yo bebí", agregó.
Por último, resumió su situación explicando que no tenía que pedir disculpas a nadie y que no le importaba lo que opinaran de él. "Conozco perfectamente el país. Hace muchos años me hubiese gustado irme de España. Si en este país los hijos de Satanás volaran, te aseguro que no veríamos el Sol", remachó.