Madrid. Tras un año que le ha hecho estar "pasado de bola", Imanol Arias explica que no ha estado "triste nunca, ni nada". Sobre las revistas del corazón, destaca que "no venden entradas", sino que pueden provocar lo contrario "por un exceso de exposición" y porque "al final" lo que quiere ver el público es "un artista" y no un famoso. "El estreno más tumultuoso de mi vida fue cuando Pastora y yo salimos juntos por primera vez en una película que se llamaba Fuego eterno (del bilbaino José Ángel Rebolledo). La cinta la debieron de ver al final trece espectadores en España, pero fue portada de todas las revistas".
De los últimos meses su única queja es haberse sentido "manipulado", porque hablaban "otras personas" que tenían "una necesidad de hablar brutal". "Yo he pasado por todo, y cuando llevas veinte años de casado ya te da igual". "Cuando llegan estos meses y sabes que te van a tomar la foto del verano, te dan ganas de decir: Oye, no la saques muy fea chico, si tienes una horrible sácame otra y que no salga como un pellejo"", subraya. Añade que no puede quejarse del trato de la prensa. "Ante estas situaciones lo único que puedes hacer es callar e intentar no ver ese tipo de programas, porque no somos tan importantes como para creernos el centro del mundo", concluye.