Nació en Manila (Filipinas, 1931) en una acomodada familia pero a los cuatro años ya vivía en Bilbao, donde hoy yace enterrado, y se hizo notorio y popular con el personaje de una extravagante y deslenguada yankee, Doña Croqueta, un personaje de la televisión singular, allá en los años 80. ¿Puede ser alguien más cosmopolita? A Simón le llegó tarde el éxito, pero le alcanzó por todo lo alto. Lo hizo con su caracterización de una turista norteamericana que tenía como compañero de escenario a Don Ciruelo, personaje interpretado por Juanito Navarro.

Doña Croqueta o Doña Cocleta como en teoría se llamaba pero al que el personaje de Juanito Navarro le cambió el nombre. Y viceversa, porque él era Don Cirilo y lo rebautizó la turista americana como Don Ciruelo. Lo hizo vestido de mujer en un momento en el que eso no era nada habitual y sin caer en el chiste fácil. A base de confundir en sus juegos de palabras school por es culo o Salamanca por La manca sala hizo reír. Incluso llegaron a aparecer Navarro y Cabido en alguna cinta con canciones para niños, según recuerda el blog La ficha rosa del trivial.

Nació en Manila y a los cuatro años ya vivía en Bilbao. Su personaje de Doña Croqueta le propulsó en los años 80

Sus inicios profesionales se sitúan en el mundo del teatro, pudiendo destacarse su participación en el estreno de la célebre obra de Antonio Buero Vallejo Las Meninas, en 1960 y en los montajes de Ligazón (1966) y Romance de lobos (1970), ambas de Valle-Inclán. El escenario no le llevaba al éxito.

Cuenta la leyenda que Doña Croqueta salió de la imaginación de Cabido durante unos carnavales de Vilagarcía del año 57 del siglo pasado, nada menos, y ahí estuvo hasta que a finales de los 70 lo recuperó felizmente. Ambos, Simón y Juanito, realizaron una gira por toda España con un espectáculo en el que el doble sentido de las palabras era parte fundamental y divertía al personal. Cuenta la leyenda otra vez, por cierto, que en aquellos carnavales vilagarcianos ganó el primer premio.

Digamos que su popularidad a más escala empezó con el programa Objetivo indiscreto en 1965, interpretando el gancho (o el cara) de las bromas ocultas. Y hasta el 1980 de su estrellato sobrevivió en televisión con algunos espacios de Novela o ficción o en capítulos de Crónicas de un pueblo en el papel de Juan Cansado. Participó en un capítulo de Curro Jiménez (La batalla del vino de Jerez) y poco más. En el cine, por lo general, sus papeles más bien secundarios y sin que figurara su nombre en el cartel, en películas como Hamelín, La garbanza negra que en paz descanse, Ligue Story, Metralleta Stein, La Raulito en libertad, Guerreras verdes, Haz la loca... no la guerra, Más fina que las gallinas,Pepito piscinas, Los chulos, etc. Él mismo se quejó (al presentar su obra de café teatro Viaje a la Cascarria de 1976) de que parecía que Televisión Española, desde los tiempos de Objetivo indiscreto, se había olvidado de él.

Sus inicios se sitúan en el teatro, donde destaca su presencia en el estreno de ‘Las Meninas’, obra de Antonio Buero Vallejo

Ya con Doña Croqueta en todo su esplendor a inicios de los años 80 ganó mucha popularidad con sus intervenciones en 625 líneas y llegó a desvelar su gran secreto: que tenía un hijo. Llovían actuaciones por todos lados y también pregones, como el que dio en su ciudad de adopción, Vilagarcía, en los carnavales de 1988. Mantenía el estilo Simón Cabido y, según cuentan las crónicas, rebautizó al alcalde de entonces, Rivera Mallo, como “señor orilla mes de las flores”. Ya ven.

Tras aquellos felices 80, la aparición de los canales privados de televisión les dio otra oportunidad a la pareja. En abril de 1990 entraron en la nómina de Tele 5 para presentar primero el programa Entre platos anda el juego y más tarde Tuttifruti. No tuvo mucho tiempo Simón para disfrutar de esa segunda oportunidad. Un cáncer de piel se lo llevó en 1992.