“Sería todo un pelotazo”
Miles de aficionados al ciclismo se despiden de la Vuelta con un baño de masas en la zona de El Arenal y el Ayuntamiento y con el Tour como tema principal de las conversaciones tras hacerse eco de las negociaciones para traer la ronda gala
BILBAO despidió a los corredores de la Vuelta tal y como los recibió: con un baño de masas. Porque el pasado jueves el pelotón llegaba a la capital vizcaina después de cinco años y esta los recibió de la forma más concurrida que se recuerda. Y ayer el pelotón abandonaba la capital vizcaina para emprender rumbo a Nafarroa, así que al botxo tan solo le quedaba una oportunidad para poder ver a los ciclistas. Una última cita. Por ello, la salida de la décimo tercera etapa fue todo un espectáculo. El Arenal se llenó de los autobuses de los equipos y de toda la logística necesaria para hacer que la Vuelta siga rodando, pero sobre todo se llenó de aficionados. Sky y Movistar fueron los equipos más aplaudidos y solicitados, a Froome le desgastaron el apellido y Contador fue el protagonista de decenas de fotos, pero todos los ciclistas de todos los conjuntos tuvieron que hacer malabares para esquivar a los seguidores que no querían perderse nada. Ninguno se salvó. “Esto es lo que verdaderamente hace afición, esto demuestra a los niños que hay más deportes a parte del fútbol. Tener a Valverde o a Quintana tan cerca es algo que recordarán siempre”, explicó Marta Larruzea, con su hijo de dos años en brazos.
Entre las calles colindantes al Ayuntamiento, el enclave escogido para albergar la salida de etapa, los aficionados se agolpaban para poder ver en directo el comienzo de carrera. Pero las conversaciones iban por otros derroteros. La noticia de que el Tour podía llegar a Bilbao había trascendido. “Si es verdad, sería todo un pelotazo. Si la gente responde de esta manera con la Vuelta, imagínate con el Tour. ¡Con los mejores!”, aplaudió Borja Méndez. A su lado, su amigo Kike Etxebarria compartía opinión, aunque se acordaba de los cortes de tráfico que la víspera le complicaron la llegada al trabajo: “Ha habido problemas en las carreteras, pero supongo que podemos aguantarnos dos días. Si es el precio que hay que pagar para disfrutar del Tour, lo pago encantado”. Asimismo, Méndez también quiso hacer hincapié en los beneficios que tendría Bilbao con la llegada de la carrera francesa: “Va a dar una publicidad asombrosa, las imágenes que se pudieron ver por la televisión de la Vuelta fueron espectaculares. Sería genial que las vieran los millones de personas que están atentas al Tour”.
Pegado a la línea de meta, intentando conseguir alguna fotografía de los corredores mejor posicionados, se encontraba Jagoba García cuando se enteró de la reunión entre el alcalde de Bilbao y el director general del Tour. “¿El Tour a Bilbao? Sería increíble. Hemos demostrado con la vuelta que somos una afición diferente. Nos lo merecemos. Además, se podría ver desde fuera lo bien que se vive aquí y podríamos demostrar que aunque ya no exista la marea naranja de los buenos años del Euskaltel, afición sigue habiendo y de la buena”, explicó emocionado.
De esta forma, los bilbainos despidieron al centenar de ciclistas que coparon la ciudad durante dos etapas de la Vuelta como se merecen, con un baño de masas, pero sin sentimentalismos. No les echarán de menos. Ya saben que posiblemente volverán a ver por sus lares. Esperemos que en el Tour de 2019.