donostia - El color verde esperanza luce con más intensidad que nunca si cabe en el renovado maillot de Euskadi Murias. La muchachada que dirige Jon Odriozola estrenará la temporada, este jueves en Mallorca, allí donde el equipo comenzó su andadura hace ahora un año. 12 meses más tarde, la isla volverá a recibir a un equipo remozado, con nuevos corredores y roles cambiados en el seno del conjunto vasco. En el que será su segundo curso en el pelotón profesional, el objetivo pasa por seguir creciendo y buscar el primer triunfo, el mismo que se escapó la pasada campaña y que Jon Ander Insausti a punto estuvo de alcanzar en la prueba Cholet-Pays de Loire. Segundo, solo superado por el veterano Pierrick Fedrigo.
Experimentado era también Egoitz García, quien capitaneó el curso pasado a Euskadi Murias y que comenzará en breve una nueva experiencia conociendo el ciclismo marroquí. Su salida ha obligado a mover ficha y son otros quienes han adquirido el rol de líderes del equipo. Garikoitz Bravo e Imanol Estévez están llamados a afrontar el reto, mayúsculo a todas luces, de encabezar un grupo hambriento de éxitos y con muchos kilómetros que recorrer en sus piernas.
El guipuzcoano, acompañado siempre por una sonrisa contagiosa, admite que Odriozola le ha pedido “resultados”. “Me ha demostrado que va a confiar en mí durante todo el año. Además de lo que me pide él, yo también me exijo hacer algo bueno. Tengo 26 años y sé que soy capaz de hacer buenas carreras y estar en las subidas con los mejores. Quiero eso otra vez. He recuperado la confianza que tenía antes. Estoy sacrificándome mucho y entrenando bien para rendir a un gran nivel”, añade.
Bravo afronta el desafío motivado, con ganas de reencontrar su mejor versión. Asume, eso sí, que su nuevo rol “sí da un poquito de miedo”. Pero debe dar un paso al frente. Tanto es así, que ya tiene marcadas en rojo en el calendario algunas citas. “Me gustaría rendir bien en la Vuelta a Castilla y León, en Asturias y en Ordizia. Pero hay que tratar de aprovechar cada oportunidad. Somos un equipo pequeño, lo asumimos, pero con un calendario muy completo y potente. Vamos a tener cada uno en torno a 65 días de competición y tenemos que afrontar cada jornada como una oportunidad”, expone el ciclista, que está ante su séptima temporada como profesional.
estévez, preparado Igual de motivado que su compañero se encuentra Imanol Estévez. Menos experimentado que Bravo, con la única vivencia de la pasada campaña, al gasteiztarra le ha llegado pronto la hora de asumir responsabilidades dentro del equipo. “Jon me ha pedido que intente ganar alguna carrera y voy a darlo todo por conseguirlo. Ahora tengo más responsabilidad, la que el año pasado no se me exigía, ahora sí”, relata el corredor, que entiende como algo positivo este hecho, pues apunta que “nunca viene mal un poco de presión. Si confían en mí y me exigen eso es porque piensan que puedo hacerlo. Estoy preparado”.
Estévez afronta este nuevo curso “más tranquilo que el año pasado”, aunque no oculta que está “impaciente” por lucir el que será el primer dorsal de la temporada. “Es bueno estar más tranquilo. Tener que hacer frente a los nervios desgasta mucho. En Mallorca veremos qué tal responde el cuerpo. El año pasado fue bueno, pero faltó la victoria. Al menos, eso sí, pudimos conocer la categoría”, explica el gasteiztarra.
Será la carretera la que marque el rumbo de cada uno, la que les ponga en su sitio. La primera toma de contacto de ambos líderes del equipo llega este jueves en Mallorca, donde asumirán sus nuevos roles.