bilbao - La Europa ciclista arde. Resopla bajo el sol temprano de primavera Rui Costa incapaz de soportar el ritmo de Betancur, el colombiano de piernas como piedras que no se inspira en Lucho ni en Parra ni en los escarabajos del pasado, sino en Michele Bartoli, italiano y clasicómano de hace poco más de una década, para dejar sentado al campeón del mundo en el asalto a la ciudad amurallada de Fayence, donde se viste de líder de la París-Niza del mismo modo que Michal Kwiatkowski, el hombre de la temporada, pasa a liderar la Tirreno que corre hacia al Adriático tras la victoria en Arezzo de Sagan antes de un fin de semana de montaña y muros allá en Italia.

Y mientras eso ocurre, la temporada ciclista que va saliendo del deshielo y con la Milán-San Remo (23 de marzo) y la Vuelta al País Vasco (7 de abril) a la vuelta de la esquina, en casa permanecen como castigados, sin posibilidad de competir porque no hay carreras para ellos, los chavales de la Fundación Euskadi, que no se colocan un dorsal desde la Clásica de Almería y no se lo pondrán hasta finales de marzo. ¿Cómo llegar hasta allí sin caer en la monotonía del entrenamiento?

"Recorriendo Euskadi", dice Miguel Madariaga, presidente de la Fundación que se niega a dejar que el equipo caiga en el olvido. "Somos el equipo de Euskadi", proclama el mánager de Lemoiz, que ha programado para sus corredores tres jornadas de entrenamientos durante las que recorrerán Bizkaia, Araba, Gipuzkoa y, menos, Nafarroa. La Euskal Herriko Itzulia del Equipo Euskadi arranca el día 17, este lunes, en Bilbao junto a la Amatxu de Begoña y finaliza el miércoles en el santuario de Arantzazu, donde se concentró el primer Equipo Euskadi del propio Madariaga, Pradera o Urrutxurtu hace más de dos décadas. Entonces solo era el equipo del pueblo; ahora vuelve a acercarse a él.

"Para nosotros es un gran honor ser recibidos en Lehendakaritza, Diputaciones y Ayuntamientos", añade Madariaga sobre la idea de completar los entrenamientos con una tournée institucional cargado de maillots firmados por los corredores del equipo. "Llevamos con orgullo el nombre de Euskadi en el maillot, es un privilegio, pero también mucha responsabilidad. Hay mucho esfuerzo detrás de este proyecto y estas recepciones nos hacen mucha ilusión y nos motivan para seguir trabajando", destaca el presidente de la Fundación, consciente de los años de zozobra que vive el ciclismo vasco. "Por eso, con este tipo de actuaciones queremos volver a ponerlo en primer plano. La afición siempre se ha identificado con estos colores y queremos devolver ese cariño con esta vuelta, que se vuelva a hablar de ciclismo con fuerza. Tenemos una formación de futuro y necesitamos el apoyo de todos para seguir adelante", zanja Madariaga, que sigue buscando respaldo económico para asegurar la temporada del equipo. - A. L.