Zaragoza. Vincenzo Nibali (Messina, 1984) subió más despacio que Purito, Valverde y Horner hasta la estación de esquí de Formigal, pero descendió más rápido que ellos hasta Zaragoza. Bajó volando. En helicóptero. Así que se dio masaje, cenó y se fue a la cama antes que ellos. En esas cosas, que las fuerzas están contadas, se juega la Vuelta que el domingo en Peyragudes estaba fría, sin chispa porque nada parecía hacer temblar al líder, y el lunes en Formigal revivió. La debilidad de Nibali en la última meta de los Pirineos es la fortaleza de sus rivales, que no tienen ni más ni menos fuerzas que antes, pero se sienten mejor. "Salimos reforzados", proclama Valverde. Donde no había más que un aspirante a bajar a Nibali de su pedestal rojo, ahora hay tres corredores que confían en ganar la Vuelta. O, al menos, que tendrán su oportunidad de hacerlo en los tres días de montaña que vienen desde mañana (Peñacabarga, Naranco y el final tremendo en el Angliru).

Valverde tardó aproximadamente dos horas y media más que Nibali en bajar de Formigal a su hotel, pero en la mañana de Calahorra parece fresco como una lechuga, recuperado y listo para lo que le espera. No tiene pinta de que le asuste. Sonríe y juega con su hijo mientras admite que la debilidad de Nibali no le sorprendió tanto, que ya intuían que iba justito por esas cosas que solo se ven y se escuchan desde la bicicleta. Valverde es de los que piensa que la Vuelta se decide en el Angliru, que es posible que se llegue con las mismas o parecidas diferencias que hay ahora (Horner está a 28 segundos de Nibali; Valverde, a 1:14 y Purito, a 2:29) y entonces allí "se va a dar todo y no se dejará nada".

El murciano no duda de que tendrá su oportunidad para ganar la Vuelta. Como lo cree Horner, el inesperado, que, tan cerquita en la general, piensa en dos lugares para acechar al líder; Peñacabarga, que le va a su estilo, siempre de pie sobre la bicicleta y un desarrollo corto, para tipos duros, y, claro, el Angliru, que dicen que no le va tanto por la misma razón. De todas maneras, el americano es el más fuerte en la montaña, no ha tenido ningún día malo, es el único que no carga con una grande en sus piernas esta temporada, con lo que cuenta la frescura en los días finales de la Vuelta, y no es líder con diferencia por lo mal que lo hizo en la crono de Tarazona.

Tras ellos, a la vuelta de la esquina, está Purito. "Todos debemos arriesgar, menos Nibali", dice el catalán. Él, quizás, el que más. "Y por eso le vendré bien a Valverde, que puede esperar a ver qué hago yo".

Ninguna de las amenazas de sus reforzados rivales surte efecto en Nibali.

Parece usted estar siempre tan tranquilo?

Soy así, siempre procuro estar tranquilo. Me manejo bien con la presión.

¿Puede estarlo ahora que le acechan Horner, Valverde e, incluso, Purito?

Sí, por supuesto, porque después de lo de Formigal la situación no ha cambiado tanto como se habla. Perdí poco y quedan días importantes en los que se decidirá la Vuelta. Tengo que prestar atención a todos, pero más que a ninguno a Horner. A él le veo más peligroso que a Valverde y Rodríguez. Aún así, estoy tranquilo porque después de haber ganado el Giro este año, ganar también la Vuelta no cambiaría nada.

Pero lucha por ella.

Sí, sí, claro, y hasta el momento, las cosas me van bien. Siempre me he sentido a gusto en esta Vuelta, lo que pasa es que después de tres jornadas durísimas en los Pirineos en las que he estado todo el tiempo delante y en las que después de cada etapa he tenido que atender los compromisos que exige ser líder, como el podio, el antidopaje, las entrevistas y todo eso, los días se me han hecho largos. Llegaba muy tarde al hotel y eso, creo, que me ha pesado.

¿Le pesará estos días?

No lo sé. Quedan etapas importantes. Está el Angliru, pero puede que la de Peñacabarga sea la más decisiva. Si pudiera sacarle un poco más de diferencia a Horner sería mejor porque en el Angliru será la última oportunidad para todos y nadie se va a guardar nada. Pero ese es un puerto que me va mejor a mí que a él porque tiene pendientes extremas y Horner sube normalmente de pie sobre los pedales. Eso es complicado hacerlo en un puerto como el Angliru.

¿Le sorprende Horner?

Creo que ninguno contábamos con él. Pero tiene su explicación. Él apenas ha corrido este año y se ha presentado en la Vuelta físicamente entero. Mientras, otros vienen del Tour, como Valverde y Rodríguez, y yo mismo llevo a tope desde el inicio de temporada.

En el Giro arrasó, y en la Vuelta es líder pero sudará para ganarla. 'La Gazzetta dello Sport' decía ayer que ahora desarrolla unos 20 vatios menos de potencia que entonces.

Más o menos es así. Es evidente que no tengo la misma forma que en el Giro porque si la tuviera te aseguro que estaría más tranquilo. Pero las temporadas se planifican así y no puedes pretender estar todo el año a tope. Para mí, el Giro era lo más importante, el objetivo, mientras que la Vuelta? Hacer dos grandes no es solo un gran esfuerzo físico, sino también mental.

Vinokourov, mánager del Astana, dice que está seguro de que puede ganarla porque no está al 100% de forma y debe ir a más.

Es verdad que he mejorado mucho desde la salida de Galicia.

Si ganase la Vuelta, su temporada sería perfecta.

Pase lo que pase estos días, ya es perfecta. Después está el Mundial de Florencia, que es duro y me va, pero no es fácil ganar una carrera de un día.

Lo suyo son las tres semanas. Ha ganado un Giro y una Vuelta, lucha por otra más, tiene varios podios y uno de ellos en el Tour (2012, tercero). Dicen que volverá a la carrera francesa en 2014.

Esa es la idea. Pero antes de que lo preguntes, es difícil decir si puedo ganarlo o no. Lo que está claro es que si me he planteado el Tour es porque voy a luchar por hacerlo. El año pasado fui tercero y eso que el recorrido no era para mí. Había mucha crono llana y en esas condiciones era muy difícil batir a Wiggins.

Este año ha derrotado al inglés en el Giro.

Sí, y creo que puedo ganar también a Froome, aunque bueno, depende de muchas cosas. Este año en el Giro he tenido un nivel altísimo, pero no puedo compararlo con el de Froome en el Tour porque son momentos de la temporada diferentes. Pero soy joven, tengo 29 años todavía y creo que aún puedo seguir progresando.