Contador asume el mando; Porte asoma
El Saxo Bank controla la carrera desde el inicio y disipa las dudas sobre la forma de su estrella
elgoibar. Si alguien se preguntaba cómo llegaba Alberto Contador a la Vuelta al País Vasco, ayer quedaron disipadas todas las dudas. El madrileño había asegurado en las últimas fechas que si venía a Euskadi era para intentar ganar. Desde los primeros kilómetros de la carrera quedó claro que el Saxo Bank iba a controlar todo lo que sucediese. No querían sorpresas; todo debía transcurrir sobre un guión que no perjudicase las aspiraciones de su líder.
"El equipo ha tomado la responsabilidad desde el primer momento porque en la fuga de siete había corredores de equipos importantes y no nos interesaba", explicaba el ciclista madrileño al término de la etapa, "al final han quedado dos y los hemos mantenido pensando que la etapa estaba en el pelotón". Contador se congratulaba del buen hacer de su equipo, que ha servido para evitar el incidente de San Miguel: "Al final hemos estado delante para evitar los cortes. Al llegar al alto íbamos por delante y hemos escuchado algo por detrás pero no teníamos ni idea de qué había pasado y nos hemos centrado en ir a tope hasta meta".
Si el equipo danés no escondió su intención de manejar todo lo que sucedía, el Sky apostó por una táctica más discreta. Richie Porte estuvo atento y bien situado en el momento clave de la etapa. Cuando los nervios afloraron al culminar la última ascensión, el australiano supo colocarse con atino, aguantando el ritmo imprimido por el equipo de Contador en la bajada y entrando en meta con la cabeza de la carrera.
Ahí, en la meta situada en el corazón de Elgoibar, el más hábil fue Simon Gerrans. El australiano del Orica impuso su velocidad para sumar su tercera victoria de la temporada tras las sumadas en el Tour Down Under y en la Volta a Catalunya. Al igual que Contador, Gerrans afirmaba no haber visto la caída que partió el pelotón y se congratuló del trabajo de sus compañeros: "Esta es una victoria fantástica, porque todo el mundo en el equipo ha contribuido para conseguirla".
Quien llegó a meta más dolorido fue el vizcaino Beñat Intxausti: "Todo el mundo quería buscar posición. Arriba, coronando el puerto, ha habido un corredor que se ha caído y no le he podido esquivar". Enrabietado por no poder estar con los de cabeza, Intxausti ya pensaba en las siguientes etapas: "Los próximos días a mí me gustaría estar delante. Estamos en la Vuelta de casa y mira cómo son las cosas: hoy casi me he eliminado". Le queda una sensación para el optimismo: "Creo que las piernas me iban bien".