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A Samuel Sánchez el muro de La Antigua le suena a gloria

Euskaltel recorre la etapa inicial de la Vuelta al País Vasco, la de Zumarraga

A Samuel Sánchez el muro de La Antigua le suena a gloriaFoto: Javi colmenero

bilbao. Samuel Sánchez cubre el recorrido de la primera etapa de la Vuelta al País Vasco, Zumarraga-Zumarraga, 150 kilómetros por el filo de una sierra, arriba y abajo todo el día, un martirio, y cuando se baja de la bicicleta, todo lo que ha visto le parece que ya lo ha vivido. "Me recuerda a la segunda etapa de la edición de 2006", dice. La de Segura. La que ganó después de lanzarse a tumba abierta por el sinuoso y estrecho descenso del alto de Minas para alcanzar su primer triunfo en la ronda vasca. Luego llegaron más. Ese mismo año, en el muro de Lerín, donde reforzó un liderato por el que peleó a cara de perro con Contador y que perdió el último día en la crono de Zalla -ambos, madrileño y ovetense, naufragaron aquel día y la carrera se la metió en el bolsillo José Ángel Gómez Marchante-, una de las jornadas más dolorosas de la trayectoria del asturiano, pues corría aquella tarde en casa, a un palmo de Güeñes, donde está enraizado el hogar de los Amezaga, que le acogieron cuando corría en el Olarra, el equipo aficionado de la Fundación Euskadi. Ganó otra etapa en 2007, la crono final. Y otra el año pasado, en Arrate, santuario del ciclismo vasco. Ha subido al podio tres veces. Pero nunca ha ganado.

A eso aspira dentro de semana y media -"no tener la Vuelta al País Vasco aún en mi palmarés me genera un amargor que solo me podré quitar si la gano", descubría durante la concentración de enero en Alicante-, cuando la ronda vasca arranque en Zumarraga con una etapa dantesca. Se suben siete puerto de segunda y tercera, cortos y duros. Gabiria (3ª), Minas (3ª), Elosua (2ª), Aztiria (3ª), Barbaris (3ª), Gabiria (3ª)... El último se llama La Antigua y es un muro de 900 metros que en el impulso final dispara su pendiente hasta el 22%. Su cima está a tres kilómetros de meta. Es un descenso de carretera ancha y bien asfaltada que tiene un par de herraduras.

"Es muy exigente, sin pausas, nerviosa", valoraba ayer el líder de Euskaltel-Euskadi, que cubrió el trazado junto a Egoi Martínez, Gorka Verdugo, Juanjo Oroz, Amets Txurruka, Iñaki Isasi, Pablo Urtasun, Ivan Velasco, Jonathan Castroviejo y Gorka Izagirre. Los dos últimos, brillantes en Tirreno-Adriático y París-Niza, respectivamente, son reservas. Del bloque que respaldará a Samuel, "el más poderoso de la historia de este equipo en la Vuelta al País Vasco", enfatiza Igor González de Galdeano, se caerá casi con toda seguridad Romain Sicard, que se bajó en la París-Niza por una pequeña tendinitis en la rodilla y busca estos días en la Volta una recuperación complicada, por acelerada.

"En los últimos cuarenta kilómetros no hay descanso y habrá bastante tensión. Presenta una importante dificultad, sin contar que pueda llover... Habrá diferencias, pero la Vuelta no se decidirá hasta la crono del último día", analizó Galdeano, satisfecho con el rendimiento del equipo en las últimas carreras.