Siempre se ha dicho que el avión es el medio de transporte más seguro, el que menos porcentaje de accidentes y fallecidos tiene, aunque también es verdad que un siniestro de una aeronave suele tener consecuencias fatales. Más accidentes sufren las avionetas, que cuentan con menos mecanismos de seguridad, probablemente pilotos menos expertos y que son más frágiles.
Accidente en Florida
Lo que no es habitual es que aviones y avionetas puedan compartir espacio con otros transportes, ya que lo normal es que se desplacen de aeropuerto a aeropuerto por el aire, con lo que no hay, en principio, riesgo de que colisionen con otro tipo de vehículos. Pero siempre hay excepciones, como se pudo ver hace unos días en una carretera de Florida (Estados Unidos). Eso sí, aunque parezca milagroso, no hubo víctimas mortales.
Las imágenes, que captó un testigo con la dashcam de su coche, que viajaba justo por detrás en la autopista I-95, resulta absolutamente impactante. Una avioneta tuvo que realizar un aterrizaje forzoso a media tarde, ya de noche, y el único lugar apto que encontró fue esa carretera de cuatro carriles bastante transitada, lo que puso en peligro a mucha gente.
Sin víctimas mortales
En el momento de tomar tierra impacta a gran velocidad en el techo y en la parte trasera de un coche que circulaba por la autopista y después golpea en el suelo con el morro antes de ir poco a poco deteniéndose. En el coche, un Toyota Camry, sólo viajaba una mujer de 57 años, que tuvo que llevarse un susto indescriptible y que fue trasladada al hospital con heridas leves, mientras que en el avión iban dos ocupantes, un piloto y un pasajero, ambos de 27 años, que resultaron ilesos.
Un balance humano mucho mejor de lo que cabría esperar vista la espectacularidad del accidente. Eso sí, los daños materiales en la autopista fueron importantes, lo que obligó a las autoridad a cortar varios carriles durante unas cuantas horas, provocando las lógicas retenciones.
Fallo en el motor
Según informan diversos medios de comunicación de Florida, la Administración Federal de Aviación informó de que la avioneta de doble hélice, una Beechcraft 55, era propiedad de la compañía Tailwinds Flying, con sede en Merritt Island, de donde había despegado en un vuelo de instrucción. Al parecer, el piloto informó poco antes del aterrizaje de emergencia de que estaba perdiendo potencia en ambos motores, con lo que no le iba a dar tiempo de regresar al aeropuerto y tuvo que improvisar.