Cada vez más gasolineras prescinden de buena parte de sus empleados y ofrecen surtidores de autoservicio, en los que el cliente elige el tipo de carburante, la cantidad que va a gastar, coge la manguera, reposta y paga sin entrar en contacto con ninguna persona de la estación de servicio. Por lo tanto cada vez hay menos gasolineras en las que uno pueda quedarse sentado en el asiento del coche mientras un empleado o empleada se encarga de la manguera.

Y eso hace que haya personas que por una cosa o por otra no pasen un buen rato al llegar a la gasolinera, ya sea porque tienen que enfrentarse a una máquina y no se aclaran o porque tienen un coche nuevo y no saben cómo se abre el depósito de gasolina, por poner un ejemplo.

En el caso del vídeo que se ha hecho viral no se sabe si la protagonista estrenaba coche, si nunca había repostado en una gasolinera de autoservicio o si no estaba pasando un buen día, pero las imágenes que grabaron desde otro coche que se encontraba en el mismo lugar están dando la vuelta a Twitter, donde la cuenta que las difundió acumula casi 20 millones de visualizaciones. Eso sí, hay quien cree que tanta torpeza no puede existir y que tiene que tratarse de un fake.

Los ocho intentos

En ellas se ve a una joven que intenta repostar gasolina pero que aparca su flamante Mercedes demasiado lejos del surtidor, con lo que al darse cuenta de que la manguera no llega hasta el depósito (ni siquiera se da cuenta de que el depósito está en el otro lado del vehículo) la deja en el suelo y procede a mover el coche para acercarlo. Pero no es suficiente, sigue estando lejos y, tras un tercer intento infructuoso, calcula en zancadas a qué distancia tiene que colocar el vehículo, entre las risas de las mujeres que están grabando el vídeo.

Cuarta tentativa: da la vuelta completa con el coche y lo aparca en sentido contrario. Ahora sí llega con la manguera, salvo por el pequeño detalle de que el depósito vuelve a estar al otro lado (como en el primer y en el tercer intento), con lo que de nuevo fracasa. Quinto intento: vuelve a colocar el coche como al principio y más cerca del surtidor, pero esta vez no llega por centímetros.

Vuelve a mover el coche y cuando parece que ya se ha acercado lo suficiente y en el lado correcto da la vuelta completa y pierde la oportunidad en su sexto intento. En el séptimo vuelve a colocarse en el sentido incorrecto. Al parecer, y gracias a las indicaciones de un empleado, lo logró en el octavo intento: eso sí, renunciando a su surtidor elegido y cambiando al de enfrente.