Las personas son la primacía, muy por encima del capital que tanto reina en al menos, tres cuartas partes del mundo civilizado. Ese es el santo y seña de la economía social, un universo cuyos planetas son las cooperativas, las sociedades laborales, los centros especiales de empleo de iniciativa social, las empresas de inserción, las fundaciones e incluso las cofradías de pescadores o las sociedades limitadas laborales, como Demode Quartet, el grupo de voces formado por Santi Romano, Iker Huitzi, Karlos Nguema y Joli Pascualena que ayer inauguró la gala de entrega del premio Txemi Cantera de Economía Social con un aurresku cantado a capela –¡qué hermosura!– y bailado descalzo.
Organiza esta ceremonia anualmente ASLE, la asociación empresarial que agrupa a las Sociedades Laborales y Empresas Participadas de Euskadi que preside Beatriz González Ciordia y gerencia Jone Nolte. Ayer celebró su 34ª edición. La sociedad laboral guipuzcoana Sutargi recibió, de manos del vicelehendakari y consejero de Economía, Trabajo y Empleo, Mikel Torres, el premio internacional de Economía Social Txemi Cantera. Lo recogió la directora general de Sutargi, María Angélica Martínez en un acto al que no faltaron la diputada foral Teresa Laespada; la viuda del propio Txemi Cantera, Sol Agirre; el director de desarrollo de negocio de DEIA, Ibon Mujika, Carlos Pujana; la viceconsejera de Trabajo y Seguridad Social, Elena Pérez Barredo; el director de Economía Social, Jokin Díaz, Josetxo Hernández, impulsor de los premios Txemi Cantera hace más de tres décadas; la concejala María del Río, Celina Pereda, Matilde Elexpuru, Vicente Reyes, Maite Lozano, Iñaki Peña, Iñigo Arina, Oihane Baztarrika, Sabin Zarraga, Anabel Yoldi, Libe Bastida, Gorka Viteri e integrantes de la junta directiva de ASLE como Iñaki Bernaola, Lucía Villoria, Marian Tapia y Pablo Núñez entre otros.
No faltaron trabajadores de Sutargi como Paco Bueno, Josune Yarza e Inés Sauceda, por ejemplo, ni Manolo Romero, intentando que todo fluyese, Beatriz González, Marta Moreno, Ignacio Zuriarrain, Susana Pérez, Iñigo Zuriarrain y un buen puñado de gente entregada a la buena causa. Muchos de ellos conocían bien los méritos contraídos por Sutargi a lo largo de los años. Los conocían y los apreciaban. Sutargi, con sedes en Alegia, Belautza y Lasarte, es un proyecto socioempresarial con fuerte arraigo en el territorio, y cuenta en la actualidad con un plantilla de 259 trabajadores y trabajadoras, de los que la mayoría participan en el capital de la sociedad, y de los que, en su mayor parte, cuenta con alguna discapacidad (145 personas) y sufren exclusión social o riesgo de exclusión social (85 personas). En este momento, sus principales mercados y clientes son el sector sociosanitario, el mobiliario, procesos auxiliares y la economía circular. Lo hacen de maravilla, créanme.