EL tradicional mercado de San Lorenzo volvió a conquistar, dos años después, Algorta. Se trata de un mercado singular, dividido en dos plazas cercanas pero separadas: las de Biotz Alai y San Nicolás.

Por todas partes olía a la harina de maíz de los talos asándose. Y a verdura fresca. Se mezcalaban aromás de café por la mañana y de txistorra, txakoli y sidra, por la tarde.

El mercado es una especie de preludio de las fiestas del Puerto Viejo, que se celebran, escaleras abajo rumbo al mar, hasta el día 14.

Entre los paseantes que trashumaban de puesto a puesto, los alquimistas que hace 50 años dieron en una bañera con la fórmula magistral del kalimotxo: Tintxu Martínez, Javi Basauri Pitxikuri, Antón Gondra, Miguel Ángel Roggero y Katilu, en la buena compañía de Mikel Uriarte, Ramón y Jesusín. Mañana viernes les homenajean en las mismas fiestas por crear el cóctel más consumido en Euskadi.

Se encuentra muy extendida la opinión de que lo que en realidad merecen es un monumento por su contribución a millones de momentos fraternales.

Quien sin duda acumula méritos para eso y mucho más es Maider Unda, bronce en lucha en la olimpiada de Londres 2012. Ayer sonreía tras el mostrador en el que envolvía, en una bolsita de papel de estraza, la cuña de queso Idiazabal que le acababa de comprar Javier Ruiz. Ella misma elabora los quesos con la leche de ovejas latxas que pastan en las cercanias de Oleta, en la ladera alavesa del Gorbea.

El venerable productor de capones, Juan Antonio Zabala Ugarte, intercambiaba chascarrillos con unos y otros, en el puesto de de Beñat e Iñigo Bilbao. “Somos de aquí, cultivamos aquí y vedemos aquí”, recalcaba Juan Antonio, añadiendo el perfecto eslogan de campaña para alimentos de kilómetro cero: “Bertokoak, bertotik bertara”. Clavado.

Begoña Jaio, con la blanquísima Argi al otro lado de la correa, tenía intención de darse una vuelta por los puestos. Gotzon Alcalde ofrecía sus cervezas artesanas manufacturadas en Urduliz, las Etxeandia. El fornido Iñaki Lekerika, junto a su madre, en la caseta en la que mostraba distintos productos del caserío familiar de Lezama, principalmente txakoli, asentía al afirmar que “esta es una feria bonita, se suele vender bien”.

Precisamente uno de los mostradores más frecuentados en la zona de Biotz Alai era el que atendían Eider Gondra, Alain y Lander Labajo, Maite Nerekan y Gorka Arsuaga. Baserritarras de hoy en día, son de Algorta pero cultivan todo tipo de hortalizas en Urtiena Ostaikoa, Berango, donde han constituido una cooperativa muy especial que se autodefine como Ongarri Kooperatiba Osasuntsua.

El radiófonico Agustín Herranz grababa en vídeo la marchosa banda de euskal-dixie formada por el gran Ibon Koteron, gaita y alboka, Xabier Valle a los mismos instrumentos, Ruper Isasi a la triki, Iraide Ortiz al bombo, y Markel González a la caja.

Paseaban por el mercado Ainhoa e Idoia Gorroño, Tomás de Benito, Pilar Maruri, Espe Enciondo y María Luisa y Josu Kortazar. Subrayó Josu que acude al mercado año tras año “a comprar pimientos choriceros”; esta vez, además, ha adquirido “vainas moradas, que no había visto nunca antes”. Bajo el toldo de una terraza cercana tomaban el aperitivo la artista Carmen Erdozia e Ibone Ramos, pareja e hija del genial pintor, ya desaparecido, Gabriel Ramos Uranga.

Triki, talo, calor y buen género para celebrar a San Lorenzo. Aunque no todo el mundo estaba de fiesta. Caso de Iñaki Saitua, de la Casa de Cultura de Getxo. O Lucía Isla, encargada de los mercados de Kutxabank para Bizkaia. “Este, además, tiene lugar en mi pueblo, así que lo llevo con mucho gusto”, reconocía Lucía.