HE aquí, ante todos los presentes, la música que te agarra por el cuello y sonó en Bilbao por todos los aires. Les hablo de los conciertos gratuitos de Bilbao BBK Live 2022 en el centro de la villa que ayer se expresaron con la aparición de Jordi Évole y su grupo Los Niños Jesús, la banda liderada por el reconocido periodista que ayer se desplegó en el kiosco de El Arenal. La cita también contó con el grupo La Plazuela (Manuel Hidgo Sierra y Luis Abril Martín en los Jardines de Albia...); The Parrots, una banda madrileña de garaje en la onda Strange Boys o The Black Lips que actuó en las Torres Isozaki, donde Diego García y Alex de Lucas actuaron en toro su esplendor un poco antes que Merina Gris expresase su música euskaldun en ese mismo escenario. Hoy Ramonets, Rosa Pistola, Soleá Morente, Vic Mirallas, Mainline Magic Orchestra y Soledad Vélez desplegarán sus poderes en la ciudad. Digamos que Évole, el periodista y comunicador, debutó como músico con un grupo de amigos, Los Niños Jesús, con los que hizo versiones de Kiko Veneno, Extremoduro, Los Ronaldos y Jarabe de Palo. Y que quienes se acercaron al kiosco de El Arenal se vivieron de cerca la experiencia, sobre todo con su imagen. “No canta como los ángeles”, explicó una voz, “pero sí proporciona un espectáculo digno de ver”, reseñaba el propio Javier Mendizabal.
“Si alguien quería venir a ver el concierto de su vida, este no va a ser”, dijo Jordi Évole sonriente y un poco nervioso al subir al pequeño escenario del kiosco de El Arenal. El grupo de Évole se llama Los Niños Jesús en referencia a su batería, que se llama Jesús y tiene la edad de ser el padre del resto. “Solo somos unos amigos que nos reunimos los jueves a tocar canciones que nos gustan”, se disculpaba el popular presentador de televisión y columnista, que durante esta primera actuación ha insistido con humor en que no son más que aficionados a la música que se dedican a tocar inspirados por un muy buen amigo.
Testigos de todos cuanto se desarrolló en un concierto cachazudo y cachondón como este, se acercaron a la cita Jon Aldaiturriaga, Arantza San Andrés, el grupo de fans formado por Mabel Aragón, Verónica Larisgoitia y Leire Larisgoitia; Gurutze Martín, Alazne Mendizabal, Ainhoa Agirre, Gorka Etxebarria, Olatz Muguruza, Nagore García, Idoia Salazar, Miren Olabarria, Nerea Zulueta, Iñigo Uriarte, Begoña Igartua y un buen número de gente admiradora del showman de la comunicación.
“No canta como los ángeles”, puntualizó Izaskun Barrenetxea mientras tocaban Memphis Blues Again de Kiko Veneno en una versión de varias páginas, si se considera que esta ya es una adaptación de Bob Dylan: “¡Venga esas palmitas vascas!”, exclamaba Jordi. Dedicó su versión del Clandestino de Manu Chao a los inmigrantes, en concreto al jugador de fútbol del Athletic Iñaki Williams (“que siempre recuerda a su madre y reivindica cómo llegó hasta aquí”) y recordó la muerte de varias decenas de personas en Melilla y criticó la respuesta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, elogiando la gestión de la policía de Marruecos.
El muy heterogéneo y variopinto público estuvo entregado de cabo a rabo. Entre ellos se encontraban Sergio Barrio, Mayi Villalobos, Iñaki Felipe, Iván Ortiz, Dahiana Ramos, Leopoldo Lazo, Cristina Ajuria, Txomin Erkizia, Itziar Ateka, Nekane de la Hoz, Miren Urrutia, Patricia Hernández, Inés de las Heras, Miren Basterretxea, Izaskun Olmos, Nekane Ruz, Joseba Alonso, Maite Busturia, Iñigo Mendizabal, Gorka Blanco, María Jesús Bilbao y un buen número de gente que se acercaron a escuchar a Évole y a su banda en un mediodía –el recital comenzó sobre la una del mediodía...– en una día donde la música, como les dijo, ejerció su total capacidad de atracción sobre las gentes. l
