A lona negra que cubría la silueta del EQE decía "Inteligencia al servicio de las emociones". Y ocultaba debajo lo último de Mercedes-Benz. Se adivinaba una gran berlina curvilínea, musculosa, orientada al segmento de dirección de empresa. Eso sí, totalmente eléctrica. La proyección fijada en el fondo del escenario rezaba brillante que garantizaba una autonomía de casi 650 kilómetros manteniendo unas prestaciones impensables hace solo un par de años.

Javier Ugarte, gerente de Mercedes-Benz Aguinaga, saludó micrófono en mano a la nutrida concurrencia. Dio las gracias a quienes se habían acercado a la primera presentación tras el fin de la pandemia. "Queríamos proponer algo distinto: mostrar el contraste en lo altamente tecnológico y lo histórico", aseguró Ugarte. Y lo lograron.

El acto se desarrolló en el Museo Aguinaga, que se encuentra en la zona posterior del enorme concesionario, muy cerca del centro comercial Max Center. Se trata de un auténtico santuario de clásicos de la marca de la estrella. Exhibe una treintena de Mercedes producidos entre 1926 y la década de los 80 del siglo pasado. Una delicia para amantes de la automoción. Verdaderas maravillas meticulosamente mantenidas, la mayoría en orden de marcha. Desde un mastodóntico W100 Type 600, que perteneció a cierto presidente de Venezuela, hasta el precioso deportivo 190SL.

Quien mire bien puede caer en la cuenta de la íntima relación entre Aguinaga, Mercedes y este Territorio. Resulta que los típicos azulitos. Sí, aquellos microbuses. Eran Mercedes. En el museo conservan uno que parece recién salido de la infancia de la generación del baby boom. Y, oh sorpresa, aquellos camiones de reparto de color ocre que portaban todo tipo de graneles entre sus quejosas cartolas, también lucían la estrella en la calandra del radiador. Guardan uno muy callado en un rincón del museo. Cuatro generaciones de Aguinaga a lo largo de 70 años han vinculado con fuerza la famosa firma de Stuttgart con Bizkaia.

Mientras que los tres EQE distribuidos por el museo mantuvieron el recato, las miradas buscaban las carrocerías de los clásicos, que entornaban los faros en un gesto de falsa modestia. Todo cambió cuando la actriz Gurutze Beitia, tras un brillante monólogo, dio paso a la revelación de la forma del nuevo vehículo. Entre mohines de los clásicos, los asistentes se arremolinaron en torno de los EQE como si emanaran feromonas al abrirse las puertas.

Interior a la vez lujoso y futurista, lo último en asistencia a la conducción, eje trasero direccionable. La capacidad del W100 Type 600 y, a la vez, la sensualidad del 190 SL. Javier Ugarte subrayó que en 2030 todos los Mercedes serán enchufables.

Además del ya citado gerente, de Aguinaga estaban presentes, Ricardo Gómez, director comercial; Marcelino Múgica, director de marketing; Txema Hillera, director de ventas de vehículo industrial; así como Blanca Otero, Eneko Moro, Roberto García, Itziar Aurtenetxe, Dioni Valencia y Mikel Linares.

Acudieron Txema Berrueco, José Ángel Sáinz, Miguel Ángel y Jon Mikel Arrieta, Ixai Ruiz, Joseba Erauzkin, Juan Mari González de Audicana, Luis Miguel Martínez de Osaba, Miren Begoña Verde, Santiago Carnés, Juan José Iglesias,Rubén Urdiales, Ramón González, Pedro Dennis, Janire Corral, Álvaro Laucirica, Juan Antonio Fernández, Andrés Recuerda, Fernando Olmos, Raquel Cardador, Juan Carlos Bilbao, José Ignacio Marcos, Roberto Blanco, Jesús Mari Rodríguez, Enrique Cerrada, Juan Carlos y Aitor Garitano, Javier Granados, Yallina Cardona, Juan Carlos Olivera o Ana María Paniagua.

El novelista Philip K. Dick se preguntaba si los androides sueñan con ovejas eléctricas. Aguinaga quizá se pregunte si los clásicos sueñan con berlinas eléctricas l

Aguinaga presentó ayer ?el nuevo EQE, una gran berlina totalmente eléctrica con 648 kilómetros de autonomía

El acto tuvo lugar en ?el Museo Aguinaga de Barakaldo, verdadero santuario visitable de clásicos de la marca alemana