L muy variopinto argot taurino habla de cargar la suerte como una de las artes de la tauromaquia. Es un término repleto de controversia en el mundo del toro para el que resulta complicado, incluso, dar una definición. No nos detendremos en ese barullo de conceptos, ideas muy dispares y visiones tan distintas que sobrevuelan. Como mucho podemos detenernos en aquel "parar, templar y mandar" que acuñó Juan Belmonte pero al parecer se queda corto. No corresponde el asunto, no obstante, a la crónica de hoy. Sirve el concepto, sin embargo, para darle contenido a la relación entre la mujer y la tauromaquia, idea a la que ayer invocó el club Cocherito de Bilbao que preside Sabino Gutiérrez, al hilo de la celebración del Día Internacional de la Mujer. Lo digo porque la relación entre la mujer y el toro es una historia bien cargada, sí. Sobre todo de dificultades.

Desde un primer momento estaba anunciada en los carteles del debate la novillera cordobesa Rocío Romero, en principio, mano a mano con una mujer leyenda en el mundo del toro: la escritora y fotógrafa neoyorquina Muriel Feiner . Un contratiempo de salud le impidió acudir a la cita y el traspiés fue grande. No por nada, Muriel, que ha desarrollado su faceta profesional como periodista, fotógrafa, escritora y traductora, es una enamorada de la fiesta de los toros que publicó, hace más de 25 años, un libro novedoso (La mujer en el mundo del toro), merecedor del Premio Antonio Díaz Cañabate, además de contar con una extensa obra literaria sobre otros asuntos relacionados con la lidia. En 1965 asistió a la primera corrida y, desde entonces, ha sido galardonada con diversos reconocimientos, entre ellos la Medalla de Mérito Taurino de la Real Federación Nacional Taurina y el premio George B. Smith Taurine Arts and Letters Award, concedido por la NATC (Asociación Nacional de Clubes Taurinos de los Estados Unidos). En 1970 fundó el Club Internacional Taurino, con integrantes de ambos sexos y de varias nacionalidades, al constatar que las entidades taurinas del momento no permitían la presencia de mujeres en calidad de asociadas. Su ausencia fue una pena.

Cogió el relevo en el debate la historiadora Laura del Rey. No fue pequeña su presencia. Laura se doctoró en Historia con la tesis Bilbao y los Toros. Cinco siglos de Historia, 1518-2000. Posteriormente, profundizó aún más en la vinculación de los toros con Bilbao y escribió el libro Vista Alegre, 125 años de Historia, 1882-2007. Con motivo de su centenario, escribió la obra Cien años de historia del Club Cocherito. Junto con Dolores Aguirre, fue una de las primeras mujeres que ingresaron como socias en el club. Para redondear al cartel, digamos que Rocío Romero debutó con picadores en la plaza madrileña de Vistalegre en 2018 después de salir por la puerta grande de La Maestranza de Sevilla un año antes. Tras esa exitosa actuación en una corrida con caballos, toreó también en América en 2019. Ahora, finalizado el parón forzoso provocado por la pandemia, desea que la afición renueve la esperanza que puso en ella en los inicios de su carrera.

De todas las dificultades vividas a lo largo de los años se habló en una mesa moderada por el vicepresidente del club, Rafael Ferrer. A la cita no faltaron el presidente del club, Sabino Gutiérrez, Marcelino Gorbeña, Pedro Hernández, María Amann, Beatriz Marcos, Miren Lauzirika, Esperanza Pardo, Joseba Laconcha, Txema Fernández, Nerea Llanos; las hija de Laura, Patricia y Natalia Madariaga; María Eugenia Ruiz, Hellen Dulau, Conchi Guerra, Carmela Vicario, Txema Rodríguez, Ángel Ibinarriaga, Juanjo Romano, Josune Carranza, Manolo Vicario y un buen puñado de gente de tendencia taurina que se acercó a escuchar, bien de cerca, las tribulaciones y éxitos de la mujer alrededor del tempestuoso mundo del toro.

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, el Club Cocherito organizó un coloquio titulado 'Mujer y tauromaquia'

La historiadora Laura del Rey y la novillera Rocío Romero reflexionaron sobre los desafíos y logros de la mujer en el mundo del toro