ARÁ falta su intuición. Ayer (eso que la calle llama el olfato...) y las buenas artes de quienes hoy vengo a hablarles, la tripulación de The future game, una nave espacial (más adelante les explicó el porqué del término...) en la que hay que depositar nuestras esperanzas. ¿Qué es The future game? se preguntarán muchos de ustedes. Se trata de una experiencia gamificada de aprendizaje en acción donde treinta valientes jóvenes changemaker trabajan en equipo para abordar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas y buscan soluciones con impacto en su entorno. Explorarán las tendencias y retos más importantes de este siglo para crear visiones y prototipos del futuro emergente. Lo harán , jugando un rol clave en la difusión de un desarrollo económico sostenible y ético, así como en la creación de nuevas culturas inclusivas y de compromiso civil. En definitiva, asegurando el bienestar de todos y todas en el siglo XXI. Todo un reto.

Se trata del lanzamiento del primer programa desde BBK Kuna con la colaboración de DOT Coop: The future game. El objetivo del juego, dicho sea en la expresión más seria del término, es el de buscar soluciones contra una fecha: 2030. El proyecto, que nace de la Fundación BBK, está diseñado en base a cuatro mundos donde se trabajan diferentes habilidades para poder imaginar y crear un porvenir seguro. Como quiera que BBK Kuna se encuentra hoy en obras, Oihane Aldayturriaga, responsable de Talento y Emprendimiento en BBK, dio la bienvenida a los elegidos en la Sala BBK de la Gran Vía.

Son treinta como les dije, pero se presentaron varias decenas más. Todos ellos participarán de una u otra manera para alcanzar los retos que pueden resumirse de la siguiente manera: promover nuevas ideas y empresas donde el impacto social y ambiental positivo sean tan importantes como la viabilidad económica; capacitar a las personas jóvenes con habilidades y herramientas para que sean agentes de cambio y crear un ecosistema de organizaciones preparadas para abordar los retos que depara el futuro. Embarcarán en cuatro naves espaciales para visitar cuatro mundos diferentes, acompañados siempre por hombres y mujeres peritos en esas materias. El objetivo, como les dije, es el de ganar tiempo para el futuro del planeta. Enorme recompensa.

Sentados en semicírculo, ayer escucharon voces autorizadas más allá de la de Oihane. Las de Juanra Parrado, Olatz Ibarretxe, Igor Salmantón y Oskar Santamaría.

La ilusión y la fe en la mejora son, como se pudo ver escuchándoles, el combustible que les mueve. Ya es hora de ir nombrándoles. En su ciencia y saber hacer debemos de creer. En la de Mikel Mendibe, Andrea Fernández, Marina Duhart, Laura Sierra, Irama Sagardui, Eric Ugalde, Aritz Benigno, Arianne Setién, Nagore Blasco, Enara Iglesias, Ana Gazpio, Paula Agirreazaldegi, Garazi Soldevilla, Lucía Camargo, Amaia Garzón, Paula Cabo, María Ocáriz, Noemi Paino, Andrea Lozano, Xabier Goyarzun, Víctor Caramiñano y Zuriñe Amondarain entre otros. Se trata de una hermosa representación de la juventud que nos rodea -entre los 18 y los 30 años era el requisito de edad escogido...- y que ha nacido ya con los retos a la vista y con una formación que les permite buscar la salida. Como si de Matrix se tratase, The future game, un juego que se ha desplegado por diversos lugares de la tierra, está en búsqueda de agentes de y para el cambio. Aquí el guía no es Morfeo, sino quien corta el€ bacalao son las Naciones Unidas, que son la musa se esta operación, habiéndose tomado como referente sus Objetivos de Desarrollo Sostenible. En sus manos encomendamos nuestro porvenir, el del planeta. ¿Demasiado atrevido, piensan? Si les miran a los ojos verán que no. Se les notaba ambición de mejora.

Treinta jóvenes se embarcaron en un juego para salvar el planeta a través de 'The future game', proyecto de BBK Kuna

BBK Kuna, factoría de soluciones a los retos de Bizkaia, propone la búsqueda de soluciones 'contra' una fecha: 2030