E abre el telón y aparecen en el escenario el arte y la belleza... Vamos, como si fuese una de esas ingenuas y divertidas adivinanzas de la niñez. Fue emotivo ver cómo la vida volvió al Teatro Arriaga, que junto a los Teatros del Canal se lanzaron ayer a la aventura de sobrerponerse a la oscuridad. Ya clarea, vaya que si clarea. Ayer lo hizo con la presencia del maestro Joaquín Achúcarro en escena. Era él, precisamente, quien hace apenas unos días, el 31 de mayo, debía haber ofrecido un concierto para conmemorar el 130 aniversario del propio teatro. Ayer se cobró venganza, con esa elegancia clásica de quienes saben cuándo y cómo. Si su aparición ante el piano no desató un torrente de lágrimas de los presentes -un poco más de trescientas personas, lo máximo admitido...- fue porque la gente se contuvo. Su sensibilidad, su fuerza y su delicadeza comulgaron para emocionar en un viaje a través de las obras de Bach, Beethoven, Brahms y Liszt.

Todo comenzó con la Coral de la cantata 147 del propio Bach. Extraordinaria pieza. La tarde estuvo blindada desde el punto de vista sanitario. A la cita no faltaron el consejero de Cultura, Bingen Zupiria, Gonzalo Olabarria, Itxaso Roteta, José María García Macua, Iñaki López de Aguileta, Cristina Bañales; la directora de Zinebi, Vanesa Fernández, acompañada por Cristina Ezquerra;el capitán del festival de cine fantástico, FANT, Eugenio Prieto; Iñigo Alberdi, hombre fuerte en la Sociedad Coral de Bilbao, Jon Ortuzar, José Mari Amantes (anda el hombre enfrascado en un original concurso que premiará a las ideas más originales para sobrevivir al confinamiento...), acomapañado por Asun Muñoz, María Rosa Oribe, Cristina Palacios, Ander de Aranbalza, Jujo Ortiz y una legión de hombres y mujeres que se sumaron a este amanecer.

Salió el sol de las artes para darnos luz y todo brilló. Darán fe de lo que les digo Bego Arieta-Araunabeña, Antxon Choya, Antxon Treku, Rosa Mafach, Mila Herrero, Madalena Izagirre, Itziar Arieta-Araunabeña, Gotzone Sagardui, Javier Mendizabal, Idoia Murua y así un goteo incesante de asistentes que iban entrando, cada cual por su carril, cada cual con sus prevenciones, para entrar en el teatro sin riesgos y con la ilusión por bandera. El mandamás del teatro, Ignacio Malaina, apenas podía disimular una sonrisa de satisfacción (es un decir, dentro del teatro todo estaba enmascarillado, quien lo desenmascarillará...) al ver cómo y qué bien funcionaba el espectáculo.

Entre los presentes alababan el arrojo del Teatro Arriaga y la programación continua que traerá en los próximos días al chelista Asier Polo; la bailarina Lucía Lacarra; actores como Ramón Barea, Guru-tze Beitia, Joseba Apaolaza y Patxo Telleria; escritores como Bernardo Atxaga, y cantantes líricos como Vanessa Goikoetxea y Mikeldi Atxalandabaso. Puro arte.

Más de 300 personas acudieron a la reapertura del Teatro Arriaga con un emotivo recital del maestro Joaquín Achúcarro