L frontón de Lezama, que tantas txapelas ha visto calar a lo largo de seis décadas de existencia a numerosos pelotaris y palistas, fruto de sus brillantes actuaciones sobre la cancha, cedió ayer el protagonismo deportivo a aquellas personas y asociaciones que permiten avanzar y desarrollarse a la comarca de Txorierri con su esfuerzo y decidida apuesta por la innovación, su pasión por la cultura y las tradiciones, y su intrépido espíritu aventurero y deportivo.

Precisamente, si hay alguien que encarna a la perfección ese espíritu viajero y trotamundos es IgnacioCorcuera, a quien todo el mundo conoce como Livingstone, y su copiloto Iker San Vicente, que acudieron acompañados de Begoña Ugarte, Koldo Ortiz de Vallejuelo y Mario Figuero. Ambos pilotos llegaron puntuales a su cita con los XIV Laboral Kutxa DEIA Hemendik Sariak, como cuando atraviesan un punto cronometrado del desierto gracias a su todoterreno Volkswagen Audi Iltis -un clásico de los que nunca pasan de moda- sin poder desprenderse todavía de la arena impregnada para siempre en su vehículo y su casco. "Hemos estado tres días para sacar la arena del coche y aún así, si golpeas en la tapicería sigue saliendo polvo", resumió resignado Livingstone, que esta vez sustituyó su característico sombrero salacot por una gorra del Dakar Classic. Es lo que tiene el espíritu dakariano, que a uno no le queda más remedio que aprender a convivir con el polvo del desierto que cala hasta los huesos como un incondicional compañero de viaje.

No bailaron, pero llegaron con ritmo en el cuerpo los integrantes de Hiru Bat Dantza Taldea, Blanca Aurtenetxe, Eneritz Larrañaga, Ainhoa Bilbao, Txaro Mugarra y un Joseba Petralanda agradecido por la inmejorable compañía. Tampoco faltaron a la cita las responsables del centro derioztarra Derioko Herri Ikastetxea, Iratxe Ayarza, Begoña Paniagua y Mila Maguregi, quienes compartieron algunas de sus vivencias y recuerdos sobre su trayectoria en el centro antes de despedirse al finalizar el presente curso.

Justamente en el frontón lezamarra coincidieron con otros integrantes de la comunidad educativa, como son los miembros del AMPA del colegio Gorondagane de Sondika. En representación de la asociación acudieron a la gala Efraim Reyes, Naiara González y Nerea Lasagabaster.

Certero como siempre se mostró el cazador lezamarra Alberto Azurmendi, mientras que uno de los responsables de la organización de la Lezamako Mugetatik, el incombustible Iñaki Azurmendi, aguardaba pacientemente a su compañero de batallas Isaac Pérez, corredor de los que "nunca se retrasan", bromeó, pero que en esta ocasión se hizo de rogar junto a Irati Ortiz de Anda, más que cuando los participantes en la carrera afrontan el temido muro de la Mugetatik. Tampoco se lo perdió el socio de RK Abentura Fernandio Recio, que estuvo acompañado por Leire Arana.

Una ceremonia con trayectoria ascendente que alcanzó su máxima altura cuando las integrantes de la residencia Loiu Gurena, Yoli Montero, Marisol Couceiro y Amaia Ayarzaguena, recordaron esa lucha a brazo partido contra el virus. Una pandemia de la que están saliendo más fuertes y con el cariño de familiares, usuarios y vecinos en el bolsillo gracias a su entrega, buen hacer y desempeño profesional.

De bote o de aire, de izquierda o derecha, los galardonados respondieron con soltura a todas y cada una de las cuestiones planteadas por el maestro de ceremonias Alain Salterain y encandilaron al público presente en el frontón, entre los que se encontraban los responsables municipales de la comarca, así como integrantes de asociaciones y entidades locales, además de amigos y familiares de los premiados.

Por último, en representación de DEIA acudieron el director de Desarrollo, Kike Hermosilla, la directora comercial Aitziber Jauregi, así como Iñigo Aspiunza y Ana Rementería del departamento comercial, Joana Pérez, de la organización del evento, y la periodista de DEIA Marta Hernández.

El frontón de Lezama vibró como en sus mejores tardes deportivas reconociendo la labor de ilustres vecinos y asociaciones

Ignacio Corcuera e Iker San Vicente llegaron a bordo de su flamante Volkswagen Audi Iltis, una auténtica joya automovilística