Saltan obstáculos de más de un metro y guían al caballo, yegua o poni con gran armonía. Tres jóvenes amazonas con raíces jatabetarras despuntan en la equitación fruto de su pasión por el mundo ecuestre y su tenacidad para mejorar cada día.Iraia Sainz y Nile Urrutia, naturales de Maruri-Jatabe, y Miren Melgosa, de Mungia pero con padre jatabetarra, se abren camino gracias a sus buenas actuaciones en las más prestigiosas pruebas estatales. Precisamente, en el campeonato de España alevín de salto de obstáculos, celebrado en Valencia del 7 al 12 de septiembre, Miren Melgosa se colgó la medalla de oro a lomos de Halloween, mientras que Iraia Sainz logró la plata con su yegua Dieda 7. Además, Lola Iribarren obtuvo la medalla de bronce con Agathe de la Pomme, en un éxito sin precedentes para la hípica vasca, puesto que, además de sus brillantes registros individuales, el combinado vasco se llevó el oro por equipos.

En el caso de Miren, subirse a lo más alto del podio fue la recompensa a mucho tiempo de trabajo y sacrificio. Con 11 años, a punto de cumplir 12 este próximo mes de octubre, lleva más de un lustro montando a caballo. "Empezó con 4 o 5 años compitiendo en eventos sociales y encuentros de poniclub, y hasta ahora había logrado éxitos a nivel colectivo, pero éste ha sido el más importante a título individual", señala su padre Iñaki Melgosa. No obstante, una de sus principales influencias, sin duda, es su madre, Ane Borde, quien comparte con Miren la pasión por los equinos. "Mi mujer también montaba a caballo, pero no viajaba tanto para competir, todo esto hemos empezado a vivirlo con Miren", sostiene Iñaki. Una afición por estos animales que les ha llevado a tener una segunda familia en casa con "cinco ponis", sin bien el éxito lo alcanzó con Halloween, un caballo con el que guarda una gran complicidad. "Este deporte es un binomio y el caballo influye mucho. Miren tiene un don y además este caballo lo ha preparado ella. Se lo regalé con 4 años a mi mujer y Miren lo ha criado hasta lograr ser campeona con él", destaca Iñaki. Actualmente entrena en el club hípico Goiherri de Erandio con su profesor Xabier Zabaleta. "Ahora está saltando 1,25 metros", apunta Iñaki, que tiene claro que su hija necesita ir paso a paso. "Lo de acudir a campeonatos internacionales todavía no lo veo. Tiene que hacer su vida con su familia y amigas, pero el año que viene ir a la selección española puede ser un reto bonito", comenta. "Quiero que disfrute, pero no que se dedique a esto. Por ahora dice que quiere ser veterinaria y salvar a todos los caballos del mundo", reconoce su aita, que antes del campeonato de Valencia veía a su hija "triste porque no alcanzaba el éxito individual". "El profesor le dijo que confiase en el caballo y lo hizo. Así logró el campeonato", destaca Iñaki, que después de concluir la prueba no pudo reprimir las lágrimas. "Me agarré una llorera...", recuerda. Dejaron atrás algunos momentos malos, como la lesión que sufrió en diciembre del año pasado. "Se rompió el húmero al caerse del poni y estuvo un mes y medio parada", rememora.

Gran progresión

Quien también firmó una gran actuación en Valencia en una emocionante e igualada final fue Iraia Sainz, jatabeterra de 11 años que también está a punto de cumplir 12. Lleva tres años montando a caballo, su gran pasión. "Probó en casa de un amigo y luego empezó a entrenar en el club hípico Goiherri de Erandio", explica su aita Pedro Sainz.

Sin embargo, desde hace aproximadamente dos años ha experimentado una gran progresión que le ha llevado a despuntar en campeonatos estatales y afrontar con garantías nuevos desafíos. "En octubre participará en el Trofeo Infanta Elena y en diciembre en el Pony Club de Madrid", resume. Dos de las más prestigiosas competiciones a nivel estatal que pondrán a prueba la destreza de esta jatabetarra junto a su yegua Dieda7. Además de ella también cuida de los ponis a los que monta, los prepara, limpia y agasaja con regalos a menudo, forjando con ellos un vínculo muy especial. Su familia, en cambio, cada vez que cabalga en competiciones sufre y disfruta, por ese orden. "Le vemos que está encantada, pero a mí el estómago me da vueltas. Tengo que ver las competiciones al lado de la ambulancia", bromea su aita Pedro. Y es que el riesgo siempre está ahí.

Doma Clásica

Sobre esta línea, otra de las jóvenes promesas de la equitación, en la disciplina de doma clásica, es Nile Urrutia López, jatabetarra de 15 años. Su pasión por el mundo ecuestre viene de muy pequeña. "Creció rodeada de caballos y burros y a los 8 años empezó a montar en el club hípico Laukiniz", explica su madre Ainara López. Buena culpa de su afición la tiene su abuela. "Es muy aficionada, tuvo una hípica y le animó a probar", añade. Así, a los 11 años empezó a competir. "Primero en pruebas cercanas y luego en 2018 acudió por primera vez al campeonato de España. En la prueba de alevines llegó a la final", detalla. Un año después se proclamó campeona de Euskadi en categoría infantil y compitió de nuevo en el estatal hasta que el año pasado la pandemia le dejó sin poder disfrutar de lo que más le gusta. Sin embargo, este año ha obtenido meritorios puestos en competiciones estatales de ponis y también ha formado parte del plan de tecnificación de la federación española con vistas a participar en competiciones europeas.

De cara al año que viene afronta un cambio importante en su trayectoria deportiva, pasando de ponis a caballos. "Con 16 años tiene que pasar a competir con caballo. Nos da mucha pena porque con Sita, su poni, tiene un gran vínculo, pero se le queda pequeña. No obstante, se quedará en casa con nosotras en Maruri-Jatabe", apunta. Por su parte, Nile afronta esta nueva etapa con ciertos "nervios" por el gran cambio que supone, pero se muestra "positiva" y confía en sus prestaciones. "Creo que se me da bien este deporte", subraya, con la mirada puesta en seguir cosechando éxitos.