El fruto de la tierra no entiende de pandemias ni el campo de confinamientos. Por eso el trabajo de los productores de txakoli de Bakio no se detuvo el año pasado a pesar de las circunstancias. Una labor titánica, más difícil que nunca, de la que ahora se saborean los resultados, tal y como se vio ayer en la presentación de la nueva cosecha, que este año tuvo un destacado aroma rojiblanco gracias a Iraia Iturregi e Iñaki Williams, quienes respaldaron desde la distancia, on line, como madrina y padrino, respectivamente, el evento celebrado en el Txakolingunea.Una cita en petit comité, lejos de las aglomeraciones de otros años en la carpa de Zubiaurrealde, y con aforo limitado por las restricciones sanitarias que han obligado a suspender la feria San José. No obstante, al menos este año se pudo celebrar un acto simbólico para mantener viva la esencia de esta gran fiesta del txakoli vizcaino y brindar, de forma contenida, por un futuro sin restricciones.

En este sentido, Iraia Iturregi, primera mujer entrenadora del Athletic, quiso lanzar un mensaje de optimismo para salir adelante y para ello animó a todo el mundo a seguir “cuidando de las personas más vulnerables”. En concreto, tanto Iturregi como Williams son dos profesionales del fútbol y del Athletic que más allá de su repercusión deportiva destacan por su labor social. Por un lado, Iraia Iturregi es un referente que abrirá el camino a las próximas generaciones, mientras que Iñaki Williams destaca por su compromiso contra la xenofobia, tanto dentro como fuera de los campos de fútbol.

Sobre esta línea, aunque el día no acompañó y no se pudo disfrutar del txakoli al calor de los primeros rayos de sol de la primavera siguiendo la tradición del branque, tanto los asistentes presenciales como los que siguieron el acto desde sus casas levantaron sus copas con un deseo común: poder verse el año que viene en Zubiaurrealde compartiendo un sabroso txakoli.

Degustación

Así pues, después del acto protocolario, llegó el momento de descorchar las botellas. En concreto, la producción de las tres bodegas con denominación de origen Bizkaiko txakolina de Bakio -Doniene Gorrondona, Abio y Zabala- asciende este año a 136.400 litros.

“Este año, aunque no estamos bien, estamos algo mejor que el pasado. Sin embargo, vamos de la mano con la delicada situación que atraviesa la hostelería y la restauración”, señalan los productores, quienes se mostraron “ilusionados” gracias a la posibilidad de presentar en sociedad y “visibilizar” el trabajo de todo un año.

En este sentido, Andoni Sarratea, de la bodega Doniene-Gorrondona, que ha producido esta temporada 85.000 litros de blanco, 8.000 de tinto y 7.000 de variedades especiales, señala que “el campo no entiende de pandemias” y que pese a la suspensión de la feria el año pasado han tenido que trabajar duro para sacar la nueva cosecha adelante. Una añada que considera de “muy buena calidad” y cuya presentación es fundamental para su divulgación y así tratar de salir adelante. “El año pasado fue muy duro. Actualmente estamos fastidiados por la situación que vive la hostelería y la restauración ya que son parte fundamental para nuestras ventas”. A este respecto, Sarratea desvela que han explorado nuevas vías de venta adomicilio para tratar de capear el temporal. “Es cierto que la venta on line ha subido pero no llega a compensar las pérdidas de la venta tradicional”, asegura.

Sobre esta línea, Rubén Gaubeka, de la bodega Abio, que ha elaborado 24.800 litros de blanco y 400 de tinto, lanza un mensaje de lucha y optimismo. “Todavía no estamos muertos”, destaca, aunque han sufrido un descenso de las ventas de “entre un 30 y un 40%”. Respecto a la tradicional celebración de San José, afirma que lo importante era “no dejar morir el acto en sí” al tiempo que confía en que el año que viene la situación esté normalizada y se recupere la feria. “Todos queremos seguir participando en eventos de este tipo”, apunta. En cuanto a términos de calidad, el txakoli de Abio es “menos ácido” que el de la cosecha anterior. “Estamos muy contentos, la producción ha sido menor, pero se ha incrementado la calidad”, manifiesta.

Asimismo, Iratxe Eguzkizaga, de la bodega Zabala, que ha elaborado 10.500 litros de blanco, 500 de tinto y 200 de ojo de gallo destaca la excelencia de la producción de este año a pesar de haberse adelantado. A finales de septiembre los racimos van llegando a su punto óptimo de maduración, pero esta vez ha sido antes. “Al principio teníamos un poco de miedo porque la cosecha se ha adelantado al 10 de septiembre, dos semanas antes de lo previsto”, desvela. Respecto a los efectos de la pandemia en la producción, relata que el primer confinamiento fue “durísimo” pero que pese a todo, tuvieron que tirar para adelante puesto que el campo no espera ni entiende de virus. A nivel económico, señala que este año les ha tocado correr con los “mismos gastos pero con menos ingresos”. “Este año estamos mejor aunque no estamos bien”, sostiene. En cuanto a la celebración de esta edición, más íntima a consecuencia de las restricciones sanitarias, Eguzkizaga considera que la pandemia ha provocado “un cambio de modelo de eventos”.

Pintxos

A lo largo del día, además, hubo catas de txakoli en el Txakolingunea adaptadas a las restricciones y un concurso de pintxos en los bares de la localidad. Asimismo, también se ofrecerán espectáculos culturales y el deporte tendrá su espacio a lo largo del fin de semana con itinerarios para visitar los parajes y txakolindegis de la localidad, por turnos y en pequeños grupos. En cuanto al certamen gastronómico, organizado por la oficina de turismo de Bakio, con la colaboración del Ayuntamiento, trece establecimientos se han apuntado a preparar delicatessen en miniatura, poniendo a prueba los paladares más exquisitos el fin de semana. Mañana domingo a las 18.00 horas en la oficina de turismo del Txakolingunea, se dará a conocer el resultado de los ganadores, que obtendrán diversos premios como recompensa a sus creaciones.