Se mantuvieron en vilo hasta última hora. Se debatieron por cumplir una larga tradición o no hacerlo ante la tromba de casos positivos de coronavirus que asola estos días el municipio. Pero finalmente, el Ayuntamiento de Bermeo optó por no acudir a lanzar la teja a la isla de Izaro en el día de la Magdalena, una celebración con la que habitualmente suele refrendar de manera simbólica la posesión del islote. La habitual frase lanzada por los regidores municipales de “honaino heltzen dira Bermeoko itxoginak (hasta aquí llegan las goteras de Bermeo)” no resonó en el mar. Lo hizo en tierra firme, en el Museo del Pescador, donde se llevó a cabo la firma del documento que certifica la posesión bermeana de la isla.

La de ayer fue una jornada extraña en Bermeo. También en Elantxobe, Mundaka e Ibarrangelu. Epicentro de la jornada festiva, un rápido vistazo al puerto viejo de la villa marinera dejaba bien a las claras que era “un día más”. Así lo aseguraba un hostelero. “Estamos advertidos de que el coronavirus está subiendo como la espuma. No es momento de hacer tonterías. Debemos cuidarnos”, afirmaba mientras que en las dársenas la mayoría de embarcaciones estaban apostadas en sus amarres. No se veía ninguna camisa de mahón -indicativo de día festivo- en ninguna parte, ni la mayoría de txokos de la zona abrieron sus puertas para organizar alguna comida. Y las pocas embarcaciones que se hacían a la mar desde los pantalanes de Portuzarra, lo hacían para emprender una jornada de pesca. Mientras tanto, los otros tres municipios instalaron controles de acceso, tanto por carretera como al mismo puerto, donde solo pudieron entrar y salir sus usuarios habituales. Esta circunstancia vació sus calles de posibles aglomeraciones. No hubo ni un asomo del jolgorio habitual.

El Ayuntamiento de Bermeo ya había advertido que la de ayer sería una jornada “atípica”, sin los habituales traslados a Elantxobe y Mundaka. Aunque se debatió hasta el último instante si acudir o no a Izaro a lanzar la teja. En principio, barajaron acudir a las inmediaciones del islote para, de forma sigilosa y en petit comité -sin medios de comunicación ni embarcaciones que les acompañaran-, cumplir con la tradición, tal y como hicieron el pasado año. Pero finalmente optaron por la prudencia, por renunciar a la arraigada costumbre, ante el fuerte incremento de los casos de coronavirus en el municipio, que según el último balance de Osakidetza tiene una tasa de incidencia de 851,57 casos. Y ayer mismo dieron explicaciones. “Es importante mantener la tradición, pero garantizar la salud y la seguridad de los ciudadanos y las ciudadanas está por encima de todo. Por eso, un año más, vistos los preocupantes datos de la pandemia de los últimos días, no hemos tenido alternativa”, manifestó el alcalde Aritz Abaroa. De todas formas sí que se firmó el tradicional acta, en la que Abaroa (PNV) estuvo acompañado de sendos concejales y los portavoces de las otras dos formaciones políticas del Ayuntamiento, Bitor Asteinza (EH Bildu) y Xabier Ortuzar (Guzan).

“Estos últimos días hemos barajado diferentes escenarios”, aseguró Abaroa. No en vano, Bermeo tuvo abiertas y sobre la mesa diferentes opciones. Ya en una rueda de prensa celebrada esta misma semana, los responsables municipales advirtieron de que la situación iba a ser cambiante. De hecho, el Ayuntamiento ha mantenido diversas reuniones estos últimos días con colectivos y agrupaciones locales que han organizado diferentes actos en estas fechas, en las que les instaron a suspender las actividades programadas. Es el caso de los eventos culturales municipales, no volverán “a menos que la situación cambie”, aseveró el primer edil. Asimismo, “nos hemos mantenido en contacto con Osakidetza, para ir siguiendo la evolución del coronavirus. Y a la vista del incremento, hemos decidido no acudir a lanzar la teja. Es una decisión tomada con la mejor voluntad”, subrayó. “Si pedimos responsabilidad a la ciudadanía, tenemos que ser responsables”, profundizó.

En todo caso, el Museo del Pescador acogió ayer la firma del acta que certifica “hasta donde llegan los límites de nuestros municipios”, según Abaroa. Y aunque no se lanzó, sí que se presentó una teja “llena de simbolismo. Este año se cumplen 500 años de la primera vuelta al mundo por mar de Juan Sebastián Elcano. Con este hijo de Getaria viajaron siete tripulantes de Bermeo, de los cuales dos formaron parte de la primera vuelta del mundo, el contramaestre Akurio y el txo Pedro de Chindarza. El Ayuntamiento ha acordado donar la teja del caserío Txindurza -que todavía permanece en pie en el barrio de Almike- con la firma del documento correspondiente”. La pieza quedará expuesta en el citado museo, “para que perdure una jornada triste en la que no pudimos celebrar una tradición tan nuestra”. Queda en el histórico edificio como “testigo de este momento histórico. Y también supondrá nuestro sencillo homenaje a los siete bermeanos que participaron en la primera vuelta al mundo”, apuntó Abaroa, no sin antes pedir “por favor a los bermeanos y a las bermeanas que actúen con responsabilidad, porque está en juego la salud de todos y todas”. La de ayer fue un día sin celebraciones con la esperanza de que el próximo año se pueda retomar una tradición tan arraigada en la villa.

“La teja es un homenaje a los siete bermeanos que participaron en la primera vuelta al mundo”

Alcalde de Bermeo