Un reciente estudio, publicado en la revista científica Animal Biodiversity and Conservation, ha identificado el impacto de las actividades recreativas en la ría de Urdaibai. Un trío de investigadores -Juan Arizaga, Rafael Garaita y Aitor Galarza- ha certificado que las perturbaciones generadas por los humanos pueden tener graves repercusiones en la conservación de especies aviares, "lo que contribuye a reducir la diversidad". Todo ello pese a que la única Reserva de la Biosfera de Euskadi, catalogada además como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) de la red europea Natura 2000, es uno de los principales refugios costeros de aves acuáticas en el norte de España. Presiones como las generadas por las embarcaciones a motor, el windsurf o los propios visitantes de la zona natural pueden generar un impacto negativo. Por poner un ejemplo, "las actividades recreativas descontroladas podrían echar por tierra el programa de reintroducción del águila pescadora, en el que tanto esfuerzo se ha invertido", según asegura Galarza.Más de 500 horas de muestreo han servido para llevar a cabo una investigación que partió de la Oficina Técnica del Patronato de Urdaibai, "ante la creciente utilización de la ría para actividades recreativas y ante la sospecha de que dichas actividades podrían estar poniendo en peligro a las aves del estuario", según apunta Galarza, doctor en Biología, especialista en aves de Urdaibai y coautor del estudio recientemente publicado. De hecho, ya había un trabajo anterior que -con la espátula como ave analizada- ya alertaba sobre esta problemática. Así, las molestias se dividieron en doce categorías: embarcaciones a motor lentas, embarcaciones a motor rápidas, canoas, perros, marisqueo, pesca deportiva desde tierra, turistas, naturalistas y observadores de aves, grupos guiados, kite y wind surf, paddle y otros. Y se contabilizaron e identificaron las aves que eran afectadas. "Como cabría esperar, en el estudio se observó que tanto en los fines de semana como durante las vacaciones el número de molestias potenciales era considerablemente mayor. No obstante, este dato puede resultar engañoso porque ciertas molestias pueden dar lugar a grandes impactos cuando recaen sobre determinadas especies en determinadas épocas del año", incide. Por ejemplo, "algunas molestias pueden afectar a la cantidad de invernantes que hay en Urdaibai, afectar a los migrantes que no pueden alimentarse adecuadamente para proseguir su viaje migratorio o pueden afectar a las aves reproductoras que llegan a perder sus huevos o sus crías".

De la misma forma, actualmente el impacto más severo "se produce lógicamente en la desembocadura, que es en donde más trasiego de personas hay, en particular durante los festivos y las vacaciones. Desde el punto de vista de la conservación de las aves no queda más remedio que asumir que este impacto es difícilmente reducible, dado que se trata de playas y zonas aledañas muy concurridas", indica. "El efecto pernicioso de ciertas actividades depende de muchos factores, tales como su intensidad o el momento en el que se producen", asevera Galarza. No es lo mismo la marea baja o la marea alta, en el caso de las embarcaciones. O unos piragüistas solitarios o unas pocas embarcaciones, que "tienen un impacto insignificante, pero el impacto se convierte en severo cuando se trata de un grupo de piragüistas que gritan sin cesar o cuando se produce una gran afluencia de embarcaciones, especialmente si éstas conducen a altas velocidades".

Pese a que Urdaibai es "un territorio sometido a un estrés crónico", el análisis realizado ha arrojado conclusiones que pueden servir para tomar medidas de cara al futuro. "Lo que se observó es que el mayor número de molestias potenciales correspondían a la presencia de turistas -paseantes, observadores de aves, etc.- las embarcaciones a motor, las canoas y los usuarios de paddle surf. Sin embargo, de las afecciones potenciales, las que causaban un impacto más severo fueron, además de los turistas y las embarcaciones a motor, la presencia de perros sueltos", ahonda. Asimismo, la zona estuarina más sensible es "la que va desde Busturipunte hasta el interior y sería, por tanto, en la que se deberían poner todos los esfuerzos para mejorar". Y la desembocadura -en el triángulo que conforman Mundaka, Laida y Sukarrieta-, que es el área por donde discurren mayor parte de actividades náuticas, 'por el contrario, es una zona que sufre menor afección, ya que allí las perturbaciones son crónicas. Por su parte, el humedal de Orueta, en Gautegiz Arteaga, "las afecciones son menos frecuentes, por la dificultad de acceso, pero pueden tener un efecto severo. El acceso por la ría de piraguas y embarcaciones está limitado por la normativa del PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) de Urdaibai, "pero no se ponen los medios necesarios para su cumplimiento. Además, legalmente es una zona de libre acceso -a la que se puede entrar a pie sin ningún problema-, con lo que está sometida a potenciales perturbaciones".