Las palabras esfuerzo y superación han sido una constante en su vida. Garazi Urrutia Agirre ha ido saltando los numerosos obstáculos que se iba encontrando por el camino. Ella ha ido dando “pequeños pasos de gigante”, como define su madre, Irune Agirre, un apoyo fundamental, indispensable. La constancia y el aliento de sus familiares han sido imprescindibles para obtener todos los logros de su trayectoria. Desde el campeonato de Euskadi de natación hasta su vida personal pasando por un trabajo estable y digno… todo ello ha tenido una lucha detrás para esta joven con diversidad funcional. “No hemos ido en línea recta, pero hemos llegado”, describe Irune.

Garazi tiene 24 años; nació en Mungia pero a los 3 añitos ya se fue a vivir a Laukiz, donde reside actualmente con sus padres y su hermano Arkaitz, de 18 años. Lleva casi un mes en su nuevo trabajo, conseguido tras dedicación y empeño, y “está contenta”. En Laukiz tiene a sus amigos, con los que hace diversos planes, y recibe el cariño de sus vecinos. En 2019, tras proclamarse campeona de Euskadi de natación llevó el testigo de la Korrika a su paso por el municipio en lo que fue un gran momento para ella.

Pero, realmente, más que correr, le gusta nadar, le encanta nadar. Y se le da de maravilla, porque además de campeona de Euskadi, terminó en quinta posición en el campeonato estatal. “¡Siente pasión por los perros, el fútbol y el agua!”, sonríe su amatxu. Así que los colores rojo y blanco del Athletic van tatuados en su corazón. Estudió en la ikastola Larramendi y con 16 años fue al AAT (Aula de Aprendizaje de Tareas) en Derio. Allí hizo cuatro años y después se sacó el graduado en la EPA de Sopela. Su última etapa de estudios la completó con un Grado de Administración adaptado. Luego se enfrentó con valentía al terreno laboral, explorando qué opciones tomar, y ya ha iniciado su recorrido. “Empezó el día de San Miguel, patrón de Laukiz, así que, seguro que no lo olvida”, asegura Irune.