- Se mimetizó rápidamente con la vida cotidiana. Le apodaban "el hombre del sombrero porque siempre lo llevaba puesto" en los años que pasó entre 2010 y 2013 pintando, recuerda el alcalde de Balmaseda, Aitor Larrinaga. Los vecinos "se acercaban a preguntarle" y aportaban indicaciones sobre los motivos relacionados con la Pasión Viviente, el Puente Viejo o la ermita de Kolitza que realzan la entrada a la villa por la Avenida Encartaciones. Roberto Zalbidea (1956-2019) "se ganó el cariño de todos". Coincidiendo con el aniversario de su repentino fallecimiento el pasado jueves, 9 de septiembre, familia, amigos y asociaciones a las que pertenecía le homenajearon frente a la obra con una ofrenda floral y entregaron un obsequio a su hermana.

"Gracias a todos. Me ha costado venir", confesó una emocionada Carmen Zalbidea. "Era buen compañero, conciliador", con un talento que sobresalió desde que "de pequeño nuestros padres le apuntaron a dibujo y pintura". Autor, entre otras obras, del mural del mercado de La Ribera, en sus obras no faltaban alusiones a la mitología y la industria vasca en la que trabajó y se volcó con la que llamaron la Capilla Sixtina de Balmaseda, de cuyos avances hablaba con ilusión a su familia. "Allí estaba feliz", contó su hermana.

Murió cuando preparaba una exposición en el museo Rialia de Portugalete y ultimaba el nacimiento de la Asociación encontrarte, que saca a la luz la tragedia de los bebés robados a través del arte. Ana Belén González preside esta agrupación, que expone en Balmaseda hasta el 19 de septiembre y ha organizado el homenaje. De la calle, los asistentes se dirigieron al palacio Horkasitas donde se proyectó un documental de Nati Cuevas en torno a su figura y revivieron momentos compartidos con él "con alegría" alabando sus cualidades artísticas. "Si os detenéis a observar la parte del mural que representa los soportales del Ayuntamiento de Balmaseda con gafas 3D se ve ese efecto tridimensional", señaló González.

Roberto Zalbidea "fue una persona afable, muy dada a la participación que salió del sector naval para triunfar en la pintura; la perspectiva se puede considerar una de sus especialidades", indicó Felipe Garduño, de la asociación Burdiña. Isabel San Juan, presidenta de la Asociación de Acuarelistas Vascos, le definió como una persona "libre, entusiasta y valiente, a la que nada se le ponía por delante, abanderada de la metalurgia de una manera potente y singular" con sus "catedrales de hierro".

En los concursos al aire libre forjó amistad con un grupo de artistas como "Justo San Felices, Juan Manuel Rozas, Iñaki Zárate o Alejandro Quincoces", rememoró Julio Ortún, otro de aquellos pintores y representante del Equipo de Arte Independiente. El grupo "nos ayudó a convertirnos en mejores pintores, comenzamos a ampliar las dimensiones de los cuadros, buscamos galerías para exponer y todos terminamos dedicándonos al arte".

Con la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao "se produjo un flechazo instantáneo", relató su presidente, Asier Loroño, quien veía a Roberto Zalbidea "profesional, tierno, con carácter y coherente consigo mismo". Su abuelo "era acordeonista del Puerto Viejo de Algorta, un poso que marcaría su vida y el encuentro con nuestra orquesta, ¡qué suerte tuvimos de haber podido conocerle!". "Nos regaló un artículo en el que mencionada ese vínculo", añadió.

También colaboró con la Asociación Artística Vizcaina. "Al final de un libro publicado con motivo de nuestro 75 aniversario hay poemas suyos y un dibujo en la contraportada, le consideramos un amigo con el alma grande", señaló la vicepresidenta, Loly Rubio. "Como presidente de esta asociación entre los años 1996 y 2000 le dio un impulso de gigante", ensalzó el actual cabeza visible, José Ramón López.

Haciendo suyos "unos versos del poema Como el agua y el fuego", recitó: "Las gotas de agua caen pesadamente sobre la nieve y ésta se disuelve, el fuego crispado arde siempre, si no hay fría mano nunca muere y no hay más sencillez en su espíritu que una tibia mirada cristalina; así era Roberto, con una mirada tibia, limpia y transparente", describió. "Gracias, hermano, y disfruta donde estés pintando con los grandes genios".

A Ángel Momoitio, secretario de la Asociación encontrarte le encantaría "que tu ausencia fuera otra de tus bromas", como puso por escrito en una carta dirigida al artista que leyó en el acto antes de la actuación del cantante de ópera Armando del Hoyo. "Balmaseda conserva intactos tu sacrificio, tu trabajo y tu esencia", prosiguió, poniendo en valor cómo "estuvimos a punto de tirar la toalla tras tu partida", pero han reunido fuerzas para sacar adelante el proyecto que sitúa el foco sobre los bebés robados.

El jueves a las 18.30 horas en Horkasitas tendrá lugar una charla coloquio con Cristina Gutiérrez Meurs y Agustín Molleda y se presentará el libro El último eslabón de Dios, con inscripción previa.

"Coincidimos en muchos concursos al aire libre, nos ayudó a mejorar"

Equipo de Arte Independiente

"Le llamaban el hombre del sombrero porque lo llevaba pintando y se ganó el cariño de todos"

Alcalde de Balmaseda

"Gracias a todos. Era abierto, conciliador, en Balmaseda se encontraba feliz"

Hermana de Roberto Zalbidea