- Algo se ha hecho y se está haciendo muy mal en la sociedad cuando en tan solo una hora, un grupo de limpieza recoge más de 800 residuos en una superficie de terreno reducida. Cada lata, botella de plástico o colilla que se toma en un lugar es una muestra de incivismo y, también de ausencia de concienciación respecto al medio ambiente. La ausencia de conciencia de la que hacen gala quienes, en el día a día se dedican a ensuciar entornos como la zona del Ballonti, la ha suplido la joven Zuriñe Pérez quien a sus 16 años fue la impulsora para que la acción 1m2 contra la Basuraleza. "Quería formar parte de un proyecto que estuviese relacionado con el medio ambiente porque últimamente me he concienciado bastante respecto al problema del cambio climático", explica la joven.

Así, la fundación Manuel Calvo estuvo buscando una iniciativa que se adecuase a lo que Zuriñe estaba buscando y, a través del programa Mentorizando El Voluntariado, finalmente, hallaron esa iniciativa; el proyecto Libera, Unidos Contra la Basuraleza. A lo largo de esta iniciativa, Zuriñe ha contado con Maite García como mentora, como guía para que todo saliese según lo previsto. "Es un placer poder ayudar a personas tan jóvenes a participar en iniciativas tan importantes y necesarias como ésta. Ellos son el futuro y sin su aportación, va a resultar muy difícil ahondar en cuestiones como el respeto por el medio ambiente", indica la mentora de Zuriñe.

La idea de Zuriñe ha sido el motor de un proyecto al que se sumaron más jóvenes como, por ejemplo Dayana Fernández, una voluntaria de 19 años que lleva varias ediciones tomando parte en las iniciativas que se desarrollan desde la Fundación Manuel Calvo. El pasado sábado llegó el momento de coger las bolsas de basura, trasladarse a las inmediaciones del río Ballonti y empezar a hacer una labor que va más allá de la recogida de residuos, sino que se asemeja más al rastreo, ya que mucha de la denominada como basuraleza pasa inadvertida a primera vista en el paisaje. De esta manera, el equipo de limpieza confeccionado para esta ocasión estuvo durante cerca de una hora trabajando y el panorama que se encontraron no fue, ni mucho menos, halagüeño. Rescataron 860 residuos en ese corto periodo de tiempo y, entre esa cantidad de basuraleza destacan más de 200 colillas, medio centenar de botellas de plástico enteras, otras muchas que no estaban enteras, latas y, por desgracia, la situación actual también se ha convertido en una fuente de generación de nuevos tipos de basuraleza como, por ejemplo, las mascarillas. "Me dio bastante pena ver tanta basura acumulada", señala Dayana.

La acción que tuvo lugar el pasado sábado, en niveles de recogida de residuos representa un pequeño granito de arena, pero pretende ser un toque de atención para la sociedad de cara a que se cambie el chip y, por un lado, se evite tirar residuos a la naturaleza y, por el otro, cambien los hábitos de consumo y se empiece a prescindir de envases y demás elementos de un solo uso. "Tenemos que cambiar nuestra forma de consumo. Es más importante aún que recoger los residuos que generamos el no generarlos y eso pasa por utilizar cada vez menos envases de un solo uso", explica Zuriñe. Ella, gracias a su concienciación para el cuidado por el medio ambiente, fue capaz de reclutar un buen número de manos que luchan contra la basuraleza.