Con la indispensable mascarilla, durante la pandemia la Red Vasca de Semillas ha seguido entrevistando a los mayores, custodios de la sabiduría de las huertas de Zalla, para elaborar un estudio que plante las semillas de la repoblación de alguna de estas especies a medio o largo plazo. Así, el próximo sábado 6 de marzo a mediodía tendrá lugar en la sala de usos múltiples de la kultur etxea otra sesión para dar cuenta de los progresos de los últimos doce meses. Una hora más tarde, se procederá al reparto de frutales para su plantación a título particular: manzanos de las variedades Urtabeta, Acipre, Gorga de Murga y San Pedro. Todo con inscripción previa en el servicio de atención ciudadana de la planta baja del ayuntamiento o el Arangune.

La Red Vasca de Semillas inició hace cinco años sus trabajos en Zalla, "municipio pionero a nivel europeo en lo que respecta a distribución de frutales de sus propias variedades para sus habitantes", destaca Joseba Ibargurengoitia, miembro de la agrupación. Lo eligieron sabedores de que "hay un patrimonio tremendo", pero lo que están descubriendo no deja de sorprenderles gratamente gracias también a los cinco mayores que están colaborado en el estudio.

Además, este año proyectan grabar un vídeo que ponga en valor la dedicación de las agricultoras. Se mantienen muy activas, si bien "la gran asignatura pendiente es el relevo generacional". La falta de continuidad de la juventud en el campo representa "un problema estratégico para la sociedad, porque sin producción alimentaria próxima" el panorama se complica. Por intentar sacar algo positivo del coronavirus, "ojalá nos haga mirar más a los pueblos; aunque nosotros estamos poniendo toda la carne en el asador para que así sea, también requiere apoyo de los técnicos, políticos y del conjunto de la población".

Esta temporada "hemos profundizado en la recuperación de los castaños, que siguen siendo bastante desconocidos en Zalla". En los últimos cinco siglos "han resultado vitales porque aseguraban el sustento en invierno. Hay castaños trasmochos, es decir, el manejo que se le daba tradicionalmente y pueden remontarse a dos o tres siglos atrás tranquilamente". Aún pueden encontrarse, "pero ocultos entre los pinares; me parece un milagro que hayan sobrevivido". La campaña ha reservado otras sorpresas, como el hallazgo de "níspero antiguo de tipo europeo, no japonés; da la sensación de que el europeo esté medio podrido, pero se come así", diferencia.

Con todas las conclusiones elaborarán "una especie de mapa inventario". Y colaboran con los colegios de la localidad Mimetiz y Maristas en una unidad didáctica sobre la huerta local. Dentro de Enkarterri, "desde 2017" también indagan sobre productos de Karrantza.

Por otro lado, ultiman la puesta en marcha del centro de la biodiversidad cultivada vasca, en Gasteiz.