las seis de la tarde en Euskadi, 9.00 horas en la costa oeste de Estados Unidos, Alberto Vallés Il diavolo, comenzará su participación en la primera edición virtual del campeonato del Mundo Contrarreloj 24 horas que organiza la WUCA (World UltraCycling Association) en la que tomarán parte unos 200 ultraciclistas de todo el mundo que llevan sus límites físicos y mentales hasta los confines más lejanos.

“Para mí es un sueño hecho realidad y sobre todo un reto personal después de haber llevado a cabo otras pruebas de ultraciclismo como las 24 horas de Sodupe en las que hice 606 kilómetros que hubieran sido alguno más si no es por un fallo mío. Ello hizo que me plantease otros retos como este”, señala este funcionario jubilado que el pasado año acometió diversas pruebas ciclistas como el Everesting Challenge o la ruta Muskiz-Tarifa non stop. Estas pruebas le sirvieron de terapia para la superación de sus propios límites, además de para recaudar fondos para asociaciones relacionadas con la lucha contra el cáncer infantil. No en vano, en su perfil de Facebook este deportista que a punto estuvo de debutar como profesional de la pelota, se define como “ciclista con pasión por el ultrafondo solidario”.

Aspanovas

Un carácter que también asoma en este nuevo reto con el que ya ha recaudado 500 euros con la venta de artículos solidarios con Aspanovas y diversas donaciones. “Ha sido la gasolina que necesitaba para llenar el depósito de ilusión para cumplir este reto”, valoraba este corredor que tomará parte en la categoría de mayores de 50 años. Una categoría por encima de la del gran ultrafondista sobre ruedas, el alavés Julián Sanz, que ya sabe lo que es medirse en diversos formatos de ultraciclismo como la Race Across América -5.000 km en 10 días, 4 horas y 39 minutos- o la ruta Roncesvalles-Santiago de Compostela (homologado WUCA) de la que aún ostenta el récord con 762,9 km en 23 horas y 37 minutos.

“En mi opinión es el gran favorito en su categoría y seguro que quedará muy arriba en la absoluta”, pronostica Alberto, que ayer debió pasar por el dentista. “Estos días me estaba doliendo horrores una muela y claro, te puedes imaginar qué problema, qué estés en pleno esfuerzo y que te duela. Bastante duro es estar ya 24 horas pendiente de la hidratación, la alimentación, los músculos, la bicicleta o la txata como para encima aguantar un dolor de muelas”, comenta este ciclista muskiztarra que deberá cumplir su objetivo desde Bilbao. “Yo quería hacerlo en Muskiz pero allí no tiene suficiente fuerza el 4k que se necesita para garantizar la transmisión de los datos de la carrera a la organización. Durante los entrenos hemos hecho 8 y 9 horas pero cuando llega la hora punta del tráfico en Internet por las mañanas y por la tarde noche, el cacharro se colapsa y se para, y eso te hace perder mucho tiempo”, lamenta Vallés que el pasado domingo ya hizo un test oficial con la organización en un inmueble de la capital vizcaina.

“Quedé cuarto pero no es referencia porque el test era de 45 minutos y nos dejaron hacer la vuelta entera. De hecho, al minuto 45 yo aflojé porque no es el ritmo que vas a tener durante 24 horas”, puntualiza Il Diavolo de Muskiz que cuenta en esta aventura con el apoyo de figuras de las dos ruedas como el ciclista italiano Claudio Chiappucci, del que ha cogido el apodo, pasando por el joven Iñigo Elosegi, Adolfo Irusta y cuenta con la colaboración del prestigioso fisioterapeuta del pelotón profesional, Joseba Alonso, y del entrenador Jon Iriberri, encargado además de preparar a medida la máquina Custom4 con la que participará. “Sin duda, es con mucho la prueba más dura en la que he participado. El rodillo es muy duro mentalmente y fiscalmente ya que como no te mueves, a nada que te cambies de posición, sentarte, te puedes lesionar porque repites todo el rato el mismo movimiento”. Un reto en el que como siempre contará con el inestimable apoyo de Fernando Loidi y Pedro Alonso.