LAS mascarillas no entraban en el programa en un principio, pero quedarán en las fotos de la primera edición de los premios Elkartasuna promovidos por la asociación Nos unimos de Balmaseda. Los mismos que no pudieron entregarse en marzo cuando comenzaron a suspenderse actos por la primera ola del coronavirus. La representación encartada corrió a cargo del coro Abesti Lagunak de Karrantza y la fotógrafa, cooperante y realizadora de vídeos de Sodupe Ana Zamorano.

El coro femenino impulsó las concentraciones de los Lunes sin sol de Karrantza en colaboración con la médica del valle, Teresa Rosa Calvo, para denunciar los asesinatos machistas. Las convocatorias se han consolidado con "cada vez más aceptación, también entre los hombres", indica la presidenta, Alicia Varón, que recogió el premio y coincide con la fundadora y presidenta de Nos unimos, Clementine Baza Bola, como agente de apoyo social para la identificación de posibles casos de malos tratos.

Ana Zamorano contribuyó a mejorar las condiciones de vida en una población de Gambia, ha recorrido en bicicleta América del sur, Irán, Georgia o Armenia, ha visitado Nepal y, si el coronavirus no se hubiera interpuesto, en 2020 habría viajado a Japón. Ha vivido de cerca, por tanto, la realidad de las mujeres a lo largo y ancho del globo. Acercarse a circunstancias distintas "resulta siempre emocionante, desgarrador, triste, esperanzador€ una constante mezcla de sentimientos opuestos". Destaca que la mayor parte de las premiadas "se vuelcan por el bien de su continente, asistiendo a sus mujeres en temas tan delicados como la ablación". La comunidad africana "entiende de esfuerzo en equipo y unión, que representa un valor muy preciado que aquí pienso que estamos perdiendo a pasos agigantados". A través de su iniciativa de Dos señoras vacas, "supimos retomar ese valor en el municipio y además contribuir a la desmitificación del continente porque África representa mucho, mucho más que infancia desnutrida y pobreza extrema", defiende.

Una de esas "luchadoras" es Nicole Ndongala, directora de la asociación Karibu -cuyo significado en lengua swahili equivale a bienvenido-, que conoció a Clementine en el hospital madrileño en el que la presidenta de Nos unimos estaba ingresada. La propia Nicole, compatriota suya, se desplazó inmediatamente "a traducir lo que le decían los médicos y a hablar con ella" porque Clementine, recién aterrizada en España "no conocía a nadie y no hablaba el idioma y me avisaron de la asociación". Años después se mantienen en contacto para compartir iniciativas. "Estoy muy contenta de ver lo que ha conseguido" haciendo gala de "la fortaleza de una persona que estuvo a punto de morir y salió adelante" y crear la agrupación Nos unimos. Así que no dudó en desplazarse a Balmaseda para asistir a un acto "sencillo, pero con fondo". Allí Nicole habló sobre "una pequeña asociación en el Congo que atiende a los niños de la calle y a jóvenes en dificultades" que ella puso en marcha.

En el palmarés también figuraba la asociación Mujeres del mundo. "Orientamos a la hora de buscar trabajo, realizamos reuniones, colaboramos con otras asociaciones€", describió Norma Brotel, desde una red de apoyo que acoge a personas de variadas culturas. La asamblea "de los lunes" constituye el espacio más importante como herramienta transversal. Sin embargo, el covid-19 ha obligado a "repensar la fórmula de los talleres".

Fátima Djarra, natural de Guinea Bissau, ejerce de "mediadora de Médicos del Mundo contra la mutilación genital femenina y activista en lucha por los derechos de la mujer" y también trabaja a través de la asociación Flor de África. En general, "queda mucho por avanzar porque el machismo sigue en la conciencia". Aun así, "nuestra labor de sensibilización trae un efecto multiplicador "por ejemplo, en la cultura de mi país de origen, donde la violencia hacia las mujeres está normalizada en contraposición con su mensaje de que "no somos objetos".

Por su parte, Marcelle Mardon da un espaldarazo a la igualdad a través de la transformación social de comunidades asentadas en "barrios informales" de Zimabue. Es decir, asentamientos que "no tienen casi nada" levantados por gente con pocos recursos en la periferia de las grandes ciudades. Ya que las mujeres suelen gestionar la economía doméstica, son importantes interlocutoras con los gobiernos para tratar de mejorar sus vidas, "una forma de empoderamiento", explica Marcelle, quien pide "no continuar con la rueda de pobre África, porque hay muchas cosas que aprender" del continente.

Todas ellas se unen, como en el nombre de la asociación anfitriona de la velada. Su presidenta, Clementine Baza Bola, agradeció "la implicación de la directora de sucursal de La Caixa en Balmaseda ", así como la colaboración de los alcaldes de la villa, Aitor Larrinaga, y Karrantza, Raúl Palacio, que tampoco se perdieron la entrega de premios.