Javier Gutiérrez, un empresario que cuenta con varias parcelas industriales en el polígono industrial de El Juncal en Trapagaran no duerme tranquilo desde que hace un año se haya asentado una familia en una de sus propiedades "mediante engaños", según denuncia este propietario que ha tenido que recurrir al Tribunal Tutelar de Menores "para que sea la justicia quien acabe con una situación en la que hay dos menores que están siendo utilizados de rehenes en un asentamiento ilegal ya que esta es una zona industrial".

Una situación que niega el otro Javier, en este caso de apellido De los Santos, padre de los menores con los que convive junto a su madre en un conjunto de caravana, camión y furgoneta donde se distribuye las pertenencias y la residencia de esta familia llegada en 2019 desde Nafarroa. "Yo le alquilé un espacio para que aparcara una caravana porque decía que él era feriante y al de un mes resulta que ya estaban viviendo en ella con su mujer y dos de sus hijos de 3 y 5 años. Luego trajeron un camión y a día de hoy tienen cuatro vehículos, uno de ellos un furgón con los que se han creado una parcela semicerrada impidiendo que pueda ser utilizada por otros clientes que sí pagan religiosamente el alquiler, que en su caso era de 180 euros al mes por la caravana. Estos pagaron tres meses y ahora lo que buscan es que les den un piso", protesta este empresario que el próximo mes de diciembre espera poder sacar de sus instalaciones de aparcamiento a un transportista que tampoco cumplía con sus obligaciones pecuniarias. "Lo que más me preocupa, a parte del hecho de que pretendan estar aquí instalados por la cara, es el hecho de que esta situación se está dando en un terreno industrial donde no cabe la habitabilidad, máxime con dos menores danzando entre todo tipo de vehículos de grandes dimensiones. Si al hacer una maniobra un camión atropella a uno de los niños que se pasean con sus juguetes por toda la parcela, ¿de quien es la responsabilidad?", plantea Javier Gutiérrez, que ayer mismo reclamaba a su homónimo la retirada de un furgón industrial de grandes dimensiones aparcado detrás del camión de Javier de los Santos, muy cerca de la oficina desde donde el portugalujo Javier Gutiérrez dirige su aparcamiento.

Sin recursos

"Vinimos de Navarra y hemos estado pagando durante casi ocho meses y nos hemos gastado los ahorros que teníamos. Actualmente no tenemos dónde ganar dinero y a pedir no se puede porque no dan. A la chatarra tampoco podemos ir porque hay poco o nada y así no podemos salir adelante", declara Javier de los Santos, quien desgrana que a lo largo de su vida ha desempeñado diferentes oficios desde fontanero a mozo de almacén, camionero -tiene todos los carnés- o fabricando palets. "He trabajado como todo el mundo y he recorrido diferentes provincias como Madrid, Asturias, Barcelona o Bizkaia..., como toda persona humana. Llevo dejando un montón de currículos por todos los lados; estoy apuntado en el paro y en el Fondo Formación pero no me dan trabajo", expresa este padre de familia que tiene otra hija en Nafarroa viviendo con su abuela. Desesperado por la situación convivencial, Javier ha recurrido también a los servicios asistenciales del Ayuntamiento de Trapagaran.

"El Ayuntamiento me dice que con esto de la pandemia no pueden hacer nada todavía y nos piden que esperemos para ver cómo pueden ayudarnos. Yo no me voy a ir a un chalé de lujo ni a un hotel de lujo pero necesito un sitio donde vivir. Yo lo siento mucho. Soy humano y vivo donde puedo, no donde quiero", resume Javier de los Santos.

Sin embargo, Gutiérrez se muestra escéptico ante el discurso de su inquilino okupa al que acusa de "no mostrar ningún interés en encontrar trabajo para mejorar su situación. Si tan interesado estuviera en mejorar sus condiciones y habiendo hablado con Bienestar Social, podía haberse presentado a las ofertas de empleo pero no, es mejor ir de víctima a la que no le falta Winston para fumar y que se acastaña mientras sus hijos juegan entre camiones. Una situación que me preocupa sobremanera porque los niños, niños son y son imprevisibles", razona Gutiérrez.

"No tengo medios para ganar dinero y soy humano. Vivo donde puedo, no donde quiero"

Okupa de terreno industrial en El Juncal

"Le alquilé un espacio para que aparcara la caravana y al de un mes estaban viviendo allí"

Propietario de la parcela okupada