Nunca es triste la verdad, lo que no tiene es remedio y un metro cuadrado, para consternación de la dirección del Centro de Formación de Somorrostro, no es de chicle y por tanto no se puede estirar a conveniencia de unas normas generales planteadas por el ejecutivo vasco para un curso escolar que comienza el próximo lunes con los primeros alumnos de ESO. Ello ha provocado que los responsables del centro educativo muskiztarra, el centro educativo más importante de Bizkaia con más de 2.000 alumnos matriculados, siguiendo las directrices del Departamento de Educación, se vea superado por las exigencias gubernamentales y signifique que el inicio del curso escolar estará marcado por la "incertidumbre" a todos los niveles.

"Sabemos que es difícil desdoblar tres o cuatro aulas en un colegio donde haya 8, pero que alguien nos explique cómo desdoblamos más de 110 aulas en un centro que no tiene superficie para llevarlo a cabo, sin contar con la necesidad de tener profesores para dicho desdoblamiento", plantea un portavoz del centro concertado que atiende a estudiantes de ESO, Bachiller y grados de FP provenientes de diversos municipios del entorno de Ezkerraldea y Meatzaldea así como de Enkarterri y alumnos provenientes de municipios de la comunidad autónoma de Cantabria como Castro Urdiales o pedanías como Ontón.

A ello se añaden los alumnos y alumnas que acuden regularmente al centro muskiztarra para llevar a cabo cursos de formación profesional para el empleo organizados por Lanbide y Hobetuz. "Lo estamos llevando regular por no decir mal porque aunque los alumnos se vayan a ir incorporando de manera escalonada en las próximas semanas, dentro de quince días tendremos en el centro más de 2.000 alumnos entre secundaria, bachillerato y los grados de formación básica y superior de FP a los que se sumarán los alumnos de los cursos de formación de Lanbide y de Hobetuz", reseñan desde el centro educativo. "Llevamos casi dos semanas haciendo encaje de bolillos para ubicar de manera adecuada a nuestros alumnos pero encontramos serias dificultades para ajustarnos a las exigencias de los ratios exigidos por el ejecutivo", apuntan.

En este sentido plantean que, por ejemplo, "por mucho que queramos segmentar a los grupos, lo cierto es que tenemos unos 400 alumnos de la ESO a los que no podemos sectorializar más porque, aunque hubiera huecos físicos donde atenderlos, no hay horas disponibles para evitar las aglomeraciones y el mantenimiento de la distancia física recomendada", señalan desde el centro formativo que cuenta con una plantilla estable de 220 trabajadores entre personal docente y personal no docente.

DISTANCIAS DE SEGURIDAD

"Vamos a tener muchísimos alumnos y el problema es cómo conseguir que ese número de alumnos mantenga las distancias de seguridad en pasillos o en los patios porque aunque vayan a salir por grupos diferenciados estamos hablando de importantes cifras de alumnos en los diferentes niveles y ofertas educativas que no puedes escalonarse más", advierten. Por contra, los principales esfuerzos del centro educativo de Muskiz se centran en las aulas que acogerán la educación presencial. "No tenemos duda de que la educación presencial es prioritaria. Por ello, en la aulas sí que se van a apurar las medidas de seguridad como las mascarillas, la higiene, la ventilación de las aulas o la distancia física entre alumnos pero van a ser clases con 25 o más alumnos porque en nuestro centro es imposible desdoblar 110 aulas. No hay espacio material para llevarlo a cabo", manifiestan en el centro.

No obstante, en la medida de los posible, se van a tomar medidas. Así, en el salón de actos, una parte se va a convertir en un aula para la formación mientras que otra parte se habilitará como añadido del actual comedor escolar "para atender a los cerca de 250 alumnos que habitualmente se quedan a comer, sobre todo los alumnos de ESO que tienen varios días con jornada partida. Seguramente habrá que crear un tercer turno para poder atender la demanda de los alumnos de acuerdo los ratios", explican. Las dimensiones del centro han llevado a la dirección a la creación de un responsable de covid por cada una de las etapas escolares "que deberá tener un cercanía con alumnos y padres para seguir la evolución del virus", plantean.