barakaldarra Carlos Télez primera novela, El Hijo de la Huida, Soy ajustador y troquelista y la empresa en la que estaba trabajando, cerró. Mi hija era recién nacida y me puse a escribir sacar bastante provecho de la situación de desempleo y de las noches en vela

Ahora, años después de haber publicado aquella primera obra y con más poso y experiencia, este barakaldarra al que la literatura le ha apasionado desde muy joven ha publicado su segunda novela; La Herida. “He de reconocer que esta novela me ha costado menos escribirla que la primera, pero para mí es igual o más importante que la primera. Me reafirma en la creencia de que soy capaz de escribir una novela”, reconoce Carlos. Así, La Herida está ambientada en los años 90 y se mueve en dos ambientes que marcan el ying y el yang. Por un lado, está el ambiente rockero y, por el otro la música techno que tan fuerte pegó hace ya tres décadas. “Una de las características de mis dos primeras novelas es que en ambas la música es un personaje más de la trama”, apunta este hombre de 39 años.

Así, las canciones que aparecen a lo largo de la historia no son meros elementos decorativos, no son una mera banda sonora que suena ajena a lo que ocurre en la trama, sino que tienen personalidad propia y son elementos muy descriptivos de lo que ha ocurrido, ocurre y ocurrirá a lo largo de esta historia. “Las canciones que aparecen en la historia están elegidas expresamente. Hay más de un motivo para que aparezcan en la trama, todos y cada uno de los temas que salen en la novela tienen un significado importante en la historia porque transmiten sensaciones, describen momentos...”.

Sensaciones y momentos que servirán para explicar la historia de un asesinato y La Herida; desde la visión del propio asesino confeso, quien está en la cárcel por dicho crimen al que rodea un cóctel explosivo de amor, mentiras, engaños y traiciones. “Como no podía ser de otra forma, le he dado muchísima importancia al ritmo de la novela, más si cabe actuando la música como un personaje más dentro de la trama. Realmente, no quería hacer una novela negra, pero la propia historia me ha llevado a ello”, apunta Carlos quien ha retratado en su historia varios lugares de Barakaldo que aparecen con nombres ficticios. “En la historia aparecen bajo nombres ficticios varios locales de Barakaldo como, por ejemplo, el antiguo Anaconda y El Tubo entre otros”, reconoce Télez quien opina que, en la actualidad, hay un gran abanico de obras literarias y escritores de gran calidad entre los que los lectores pueden escoger. “Hay un una amplísima variedad de obras y autores de gran calidad en estos momentos”, argumenta el escritor fabril.

Desde que el escritor barakaldarra se pusiese por vez primera delante del papel en blanco para comenzar a dar forma a esta novela y hasta que puso el punto y final a la historia transcurrieron dos años. Dos años en los que no estuvo escribiendo constantemente, sino que hubo varios parones. “No me dedico ni mucho menos a esto y saco de donde puedo el tiempo para escribir. Además, tengo la costumbre de no escribir durante el verano. Es un tiempo para estar con la familia y disfrutar con ellos. Bastante tiempo les quito durante el año”, defiende Carlos.

De esta manera, en uno de los parones estuvo cinco meses sin escribir, un tiempo que le sirvió para desconectar y volver con más fuerza. “Sí es cierto que tras ese parón me costó retomar el hilo de la historia, pero yo cada vez que me pongo a escribir una novela tengo que saber de antemano el final. Es algo que necesito, creo que me costaría muchísimo escribir si no supiese el final antes de empezar a escribir la historia”, apunta Télez, cuya novela se puede encontrar en las librerías Milos, Minerva y Libreramente de Barakaldo, en la tienda de discos Long Play de la localidad fabril y en Power Records en Bilbao.

Desde que iniciase su andadura en el mundo de las letras, Carlos Télez ha descubierto la importancia de las redes sociales como herramienta para dar a conocer su trabajo. “Las redes sociales han sido un escaparate muy importante para dar a conocer mi trabajo y, sobre todo, para conocer gente. Creo que lo más bonito de todo esto es poder conocer gente y compartir experiencias”, reconoce el creador de La Herida.

Confinamiento creativo

Por lo que la experiencia señala, Carlos Télez es todo un especialista en sacar rendimiento literario a las situaciones más delicadas. Si hace casi una década el estar en desempleo fue un impulso para comenzar a dar forma a El Hijo de la Huida, su primera novela, en esta ocasión el confinamiento ha servido para que Carlos avance en lo que será su tercera obra. “La tercera novela va a romper con la tendencia que he seguido en estas dos primeras. Espero poder plasmar bien la historia”, desea el escritor barakaldarra. Así, afronta esta tercera novela en ciernes como un nuevo reto, una nueva prueba a sí mismo para demostrarse que puede manejarse en varios registros. “A mí no me gusta encasillarme en una manera de hacer las cosas. Me gusta probar, experimentar y hacer en cada momento lo que me pide el cuerpo”, asegura Carlos Télez.

En su día, cuando declararon el confinamiento, él ya tenía en mente la idea de ponerse manos a la obra para dar vida a su tercera novela, pero el parón que ocasionó la pandemia no hizo más que acelerar sus planes. “Llevo más de un centenar de páginas escritas de la nueva novela, pero, de ellas, más de 60 las escribí en una semana en pleno confinamiento”, indica Télez. De este modo, como otros muchos, el escritor barakaldarra se refugió en aquello que le apasiona para pasar las semanas de encierro. En su caso, su pasión son la literatura y la música, por eso Carlos Télez es un novelista con el ritmo en las venas.

‘La Herida’ es una novela negra en la que el protagonista narra todo lo que rodeó al asesinato que cometió y, más tarde, confesó

En la actualidad, Carlos Télez ya se encuentra trabajando en su tercera obra, una novela que empezó a escribir en pleno confinamiento