La larga historia vital de Carmen Tordera tocó a su fin el pasado miércoles a los 106 años y 365 días. A escasas horas de cumplir los 107 años, el corazón y los pulmones de Carmen se agotaron. Un corazón y unos pulmones que han rendido muchísimo en este más de un siglo de vida. Solo así, a base de trabajo constancia y fortaleza, Carmen pudo superar la gripe de 1918, la Guerra Civil, la posguerra y trabajar durísimo para sacar adelante a sus tres hijos. El miércoles a la tarde, con el deber más que cumplido, su vida tocó a su fin en el hospital de Gorliz, donde estaba ingresada desde principios de semana debido a unos problemas de salud que fueron complicándose hasta tener el fatal desenlace.

Hace justamente una semana, en estas páginas se publicó un reportaje narrando la trepidante y larga vida de Carmen, quien se acercaba a cumplir 107 años. Por desgracia, no llegó a sumar una muesca más en su DNI, pero Carmen se va de este mundo habiendo sido todo un ejemplo de superación y lucha para toda su familia. Carmen Tordera ha gozado de una buena calidad de vida hasta comienzos de este mismo año cuando sus familiares vieron que Carmen, una mujer tan dicharachera como solidaria, había experimentado "un gran bajón". Esta hija de La Arboleda que creció en el norte de Burgos y que vivió en lugares como Villarcayo, Aranjuez, Irun y Barakaldo -a donde volvió en 1996 tras padecer una trombosis- ha dejado una profunda huella en quienes le rodeaban y una gran lección de superación ante las dificultades. Porque Carmen tuvo una vida tan larga como dura.