NUNCA habíamos oído hablar del Castillo de Muñatones”. Este era el comentario general que hizo el medio centenar de personas que visitó ayer uno de los elementos más sobresalientes del patrimonio arquitectónico vizcaino. Como ocurre desde hace años en verano, el castillo abrió ayer sus puertas para que los visitantes pudiesen darse un paseo por el siglo XIV, con el fin de conocer un poco más sobre los modos de vida de la nobleza rural de hace siglos.

El Castillo de Muñatones es el resultado de un largo proceso de construcción, que se prolongó durante los siglos XIV y XV, en el contexto de las guerras de bandos que asolaron el País Vasco en aquellos tiempos. Los historiadores Irene López e Iñaki Gutiérrez, fueron los encargados de realizar las dos visitas guiadas programadas para ayer, en las que contaron los aspectos más curiosos de este particular edificio. “Les explicamos el por qué de esta casa torre, la importancia que tenía esta localidad y la comarca en general, pero sobre todo, la historia de Lope García de Salazar, que es la persona más ilustre de toda la familia que vivió en esta torre”, contó López. García de Salazar fue, sin duda, uno de los personajes más singulares de la historia vasca, un hombre de armas y de letras, que escribió Bienandanzas e fortunas y por el que muchos historiadores conocen cómo era la sociedad vasca hace siglos.

La torre de Muñatones, donde ayer todos querían sacarse una foto, es la única de toda Bizkaia que merece la calificación de castillo, por su sistema de murallas exteriores. “Tiene todos los elementos que corresponderían a una casa torre por los edificios que tenía a su alrededor. Al lado tenía una ermita que desapareció donde encontraron huesos de Lope. Seguramente habría un molino. Es posible que donde está ahora el palacio, que es donde la familia Salazar se trasladó, en el siglo XVI hubiese un hospital...”, comentó la historiadora. “Es un edificio muy defensivo, no cómodo, muy hermético, de muros gruesos... Y como todos, está ubicado en un lugar estratégico. Podían controlar el antiguo camino entre Portugalete y Castro, pero sobre todo, controlaban el puerto de San Martín”, contó Gutiérrez.

Ayer, a las 10.30 horas, se realizó la primera visita guiada del domingo que no dejó indiferente a nadie. “Lo que más les gusta son los cotilleos, lo que sucedió aquí dentro, porque hubo infidelidades, un asesinato... Eso les llama mucho la atención”, comentó López. Este hecho lo corroboraron June Elordui y Jennifer Alcantod, dos amigas de Barakaldo que huyeron de la rutina y decidieron visitar el castillo. “Nos ha encantado. El problema es que es desconocido y acceder es muy difícil”, expusieron. Les gustó tanto que el año que viene volverán para ver la recreación histórica que tendrá lugar en junio.

Si la primera tanda de visitantes salió del castillo maravillada, la segunda, organizada a las 12.30 horas, tuvo que ser dividida en dos grupos por la cantidad de gente inscrita. Menores y adultos se quedaron boquiabiertos al ver la torre. “No sabíamos que teníamos cerca de casa algo con tanto valor histórico”, confesaron Moni, Mamen y Aurora.

Pero además, el Castillo de Muñatones guarda una estrecha relación con la Ferrería de El Pobal. Ochoa de Salazar, nieto del cronista Lope García, construyó la ferrería a comienzos del siglo XVI y sus descendientes mantuvieron durante cerca de 200 años la propiedad del negocio ferrón. Durante las visitas guiadas se puede ver parte de la maquinaria que utilizaban y disfrutar de demostraciones en la fragua. “También habrá que verlo porque todo es muy interesante”, finalizaron Elordui y Alcantod.

Al castillo por primera vez. Moni, Mamen y Aurora, tres amigas de Bilbao que siempre hacen planes juntas, visitaron ayer por primera vez el Castillo de Muñatones. “No sabíamos ni que existía, pero apareció en el periódico y nos pareció interesante. Hay que dar a conocer la historia de Bizkaia y además lo tenemos muy cerquita de casa y hay que conocerlo”, expusieron expectantes antes de que comenzase la visita guiada.

Otra excursión en familia. Azucena siempre se encarga de planear excursiones familiares para que Hugo y Yeray pasen un verano ameno y aprendan un poco más sobre lo que ocurrió en Bizkaia siglos atrás. Y no solo ellos porque tanto Azucena como su hermana Belén tenían muchas ganas de visitar este monumento. “He leído por Internet la historia y me ha parecido muy curiosa. Además, la visita guiada ayuda a entender más cosas”, dijeron.