Bilbao - ¿En cuántas ocasiones no ha cedido su asiento en el tranvía a una mujer embarazada? ¿Cuántas veces ha sido testigo de una agresión verbal y no ha hecho nada? ¿Alguna vez su pareja le ha controlado el móvil o le ha obligado ir con sudadera “para que no vayas enseñando tanto”?

El Ayuntamiento de Bilbao, con las jornadas Bilbi, valores en marcha, pretende sensibilizar y fomentar los valores entre los adolescentes. Así, alrededor de 180 jóvenes de entre 14 y 16 años de los centros educativos Artabe y Kirikiño, de la capital vizcaina, participaron en la jornada celebrada ayer en Bilborock, en la Maider Legarreta, una joven víctima de bullying; Itziar Rincón, víctima de violencia machista, y Betto Snay, quien incide en el respeto a la diversidad, fueron los protagonistas y se encargaron de contar las historias que han vivido en primera persona a los adolescentes. “A veces pensamos que es normal que te controlen el móvil y no lo es. Detrás de una hostia hay mucho más, por eso intento concienciarles que hay que denunciar todos esos casos”, expresó Rincón. Por su parte, Legarreta aseguró que hay que hacer hincapié “desde que son pequeños para intentar que el bullying se termine”. Por su parte, Betto indicó que, durante sus intervenciones, “demuestra lo positivo que uno mismo se lleva al socializar con personas de diversas culturas”.

La jornada estuvo dirigida por Bilbi, un avatar 3D interactivo en tiempo real y con la forma de una baldosa de Bilbao que fue capaz de adentrar a los jóvenes en los vídeos que se proyectaron e interactuó con los adolescentes presentes, quienes respondieron de manera positiva gracias al lenguaje cercano y claro que utilizó. Bilbi les invitó a compartir sus reflexiones y pensamientos tras la proyección de varios vídeos, haciéndoles partícipes de unas jornada que tienen como objetivo visibilizar la diferencia entre las consecuencias de adoptar o no conductas cívicas y responsables.

“A través de Bilbi, un avatar tecnológico, van entrando en situaciones que muchos días viven. Puede que lo vivan de una forma natural y, sin embargo, queremos que se enfrenten a ellas teniendo en cuenta los valores para que observen si esas circunstancias que ocurren son o no las acertadas”, expresó el alcalde de la villa, Juan Mari Aburto, quien acudió a la jornada acompañado por la concejala de Atención y Participación Ciudadana, Oihane Agirregoitia. Aburto aseguró que “queremos que las relaciones que ellos establezcan estén basadas en el respeto, en la igualdad y en contemplar las situaciones de diversidad con absoluta normalidad” porque cree que si “esas relaciones están basadas y fundamentadas en estos valores, van a construir espacios mucho más amables, más confortables, en los que los modelos que desarrollen sean mucho más inclusivos”.

El primer edil bilbaino incidió en la importancia de empatizar. “Queremos que se pongan en el lugar de la otra persona. A la hora de su comportamiento o afrontar diferentes realidades que se pongan en el lugar de otro para que desde esa perspectiva puedan modular su propio comportamiento. Creemos que los jóvenes tienen que ser dueños de su presente y su futuro y queremos que todo eso lo construyan en base a esos valores”, indicó Aburto.

SIETE SESIONES CON 900 JÓVENES Con la de ayer se han desarrollado ya siete sesiones, en las que han participado más de 900 jóvenes de Tercero y Cuarto de ESO de doce centros educativos de Bilbao. Según fuentes municipales, está previsto que participen alrededor de 18 centros educativos y que tomen parte en este proyecto unos 2.000 adolescentes.

Los profesores, tras participar en el programa, aseguran que es una iniciativa “muy positiva” que sirve para concienciar a los jóvenes. Berta Zabaleta es profesora en Kirikiño y aseguró que los jóvenes sí que reciben e interiorizan los mensajes lanzados en estas jornadas. “El año pasado vinimos realmente sin saber lo que era y yo fui la primera sorprendida al encontrarme con Itziar Rincón, antigua alumna mía”, explicó. “Cuando te encuentras con testimonios así los chavales se quedan alucinados. Podían preguntar, podían verlo, podían palpar lo que había pasado y eso es algo que ellos no viven. Por mucho que cuentes que esa realidad existe, el testimonio en primera persona y ver que reviven todo lo que han vivido solo por ellos... Ese momento es algo que no tiene valor”, indicó Zabaleta.

Los jóvenes son conscientes de que existe esta realidad en la sociedad, pero pocas veces escuchan un relato en primera persona. “Este año cuando nos han vuelto a invitar a este proyecto, hemos aceptado con los ojos cerrados. El año pasado vinimos con los de Tercero y este año nos hemos venido con los de Tercero y Cuarto”, apuntó la profesora de Kirikiño.

Los adolescentes salieron de la jornada contentos y reflexionando. “Hemos vivido situaciones similares y no hemos hecho nada. Eso a partir de ahora cambiará”, indicaron. Objetivo conseguido.