Bilbao - El Ayuntamiento de Bilbao se dispone a dar carpetazo definitivo al antiguo modelo de gestión de la plaza de toros de Vista Alegre, tan obsoleto como las propias instalaciones. Este semana saldrá a concurso el contrato de explotación del coso para los próximos quince años, prorrogables por cinco más. Una de las condiciones sine qua non que deberán cumplir los licitadores será la celebración de al menos seis corridas de toros y una de rejoneo, con el objetivo de blindar la actividad para la que fue concebido el ruedo bilbaino. Asimismo, los candidatos deberán demostrar músculo económico, así como experiencia en plazas de primera categoría. Hasta la fecha, al menos tres empresarios han mostrado su disposición a relanzar la plaza, de capa caída por la asistencia cada vez menor a las Corridas Generales.

“Si consideraran que el asunto de los toros no es rentable, no mostrarían interés en presentarse”, aseguró ayer durante la última comparecencia de este mandato -celebrada a petición de EH Bildu- Tomás del Hierro, concejal bilbaino que sucedió hace un año a Ricardo Barkala como administrador general de Vista Alegre. A pesar de ello, expuso que el pliego de condiciones prevé la celebración de otro tipo de eventos -“como espectáculos musicales, deportivos, recreativos, culturales, infantiles, ecuestres u otros relacionados con el ocio o la hostelería y la restauración”, detalló- con el fin de obtener el máximo rendimiento posible del equipamiento que, al margen de la cita con la Feria del Marisco, apenas tiene actividad. Con ello, no solo se busca que el coso albergue otro tipo de actos, sino que ayude a dinamizar toda la zona.

Se espera que el nuevo contrato esté licitado para el 1 de octubre, tras la feria taurina de este año, cuya celebración se ha querido garantizar. De hecho, la redacción del pliego de condiciones ha sido tan compleja que la licitación se ha retrasado más de un año, lo que ha obligado a prorrogar la gestión de Vista Alegre a la Casa Chopera con el objetivo de que no peligraran las contrataciones en el campo bravo. Se prevé que las Corridas Generales de este año, que ya cuentan con ganaderías aunque aún no han sido anunciados los nombres de los diestros, sigan por la vía continuista de la empresa Martínez Flamarique, en contraposición con la revolución taurina que abandera el empresario francés Simón Casas en las plazas de Madrid, Alicante o Valencia.

Las condiciones Está por ver el derrotero que seguirá el festejo taurino el año que viene, aunque no hay duda de que se prevé un cambio de 180 grados para la plaza. Con esa intención, el Ayuntamiento de Bilbao y la Casa de la Misericordia, propietarias de la instalación al 50%, firmaron un convenio para la contratación del uso y la explotación de Vista Alegre, cuyo pliego de condiciones fue aprobado ayer en Junta de Gobierno. “Se trata de un contrato privado, no sujeto a la normativa de contratación pública y sí a la normativa patrimonial”, aseguró ayer el responsable de lidiar con la patata caliente del coso bilbaino hasta la semana que viene. Según detalló, dentro del contrato se incluyen los 17.000 metros cuadrados de las instalaciones de la plaza, así como los bienes y medios que contiene y la explotación del aparcamiento a partir del 1 de septiembre de 2020, cuando el arriendo actual finalice.

En palabras de Del Hierro, el plazo de duración del arrendamiento será de quince años, que se podrá prorrogar en cinco años más, “en caso de mutuo acuerdo por las partes”. Además, se prevé la subrogación de la plantilla. En cuanto a los requisitos técnicos, se pedirá “experiencia en explotación en plazas de primera categoría”, condición que cumplen menos de una decena de ruedos estatales que celebran “al menos cuatro festejos mayores por año”. En el aspecto económico, solicitan que el “volumen anual de negocios, referido al año de mayor volumen de los últimos tres años concluidos, debe ser de al menos 3 millones de euros”.

Por otra parte, aunque hace un año se detalló que las inversiones a realizar por el futuro gestor se cifraban en 1,5 millones de euros, finalmente la exigencia mínima de obras por emprender -determinadas por un arquitecto y que deberán ejecutarse en 24 meses- se cuantifica en 400.000 euros. “Se valorarán positivamente las obras extras a realizar. Nadie va a venir a hacer el agosto sin poner nada a cambio”, apuntó Del Hierro sobre las mejoras que pueda recibir la plaza, identificadas en espacios concretos como la cocina, el Museo Taurino o las galerías del coso.

Otro de los aspectos con los que los licitadores podrán sumar puntos, además de la propuesta de explotación taurina o el anteproyecto técnico en obras, será el precio del arrendamiento. Los pliegos establecen un mínimo de 105.000 euros anuales, que se actualizarán con el IPC. Sin embargo, Tomás del Hierro puntualizó que se trata de una cifra al alza: “Las empresas licitarán más para hacerse con el contrato”. Por otra parte, queda estipulado que si al licitador le va bien, la junta administrativa de Vista Alegre se lucre con el 20% de las ganancias, siempre que esos beneficios superen un porcentaje del 10% sobre la inversión realizada.

La oposición Aunque en comparencias previas todos los partidos políticos acordaron la necesidad de promover otros usos para Vista Alegre, el pliego de condiciones para impulsar una gestión más provechosa no satisfizo a todos. En palabras de Alba Fatuarte, concejala de EH Bildu, “se arrastra un modelo de gestión decimonónico”. Además de acusar el retraso del concurso, criticó que los pliegos obvian el objetivo de revitalizar la zona. Por ello, defendió que su partido apuesta por “un modelo en el que la plaza esté abierta los 365 días del año, sería lo ideal”. Desde otro de los partidos abiertamente antitaurinos, Udalberri, abogaron directamente por derribar la plaza. “¿Creen que en quince años seguirá habiendo corridas de toros?”, preguntó con sorna su portavoz, Carmen Muñoz.

En contraposición, Luis Eguíluz, delegado del PP, evidenció que el ruedo solo es una pieza más en la revitalización de la zona, por lo que “será importante quién se presente al concurso, pero también el político que lleve la plaza”. En esa línea, Alfonso Gil, portavoz del PSOE, consideró que la revitalización de la plaza será beneficiosa para el barrio y para la ciudad. “La Aste Nagusia sin la fiesta del toro no sería la misma Aste Nagusia”, argumentó.